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jueves , 25 abril 2024
El croata recuerda a Kaka en su trote al portar el balón y a Luis Molowny por jugar habitualmente con manga larga.

Quilates de fútbol sin estrella

Corría el minuto 86 del último Clásico entre Barcelona y Real Madrid cuando Mateo Kovacic abandonaba corriendo el campo (su equipo perdía en ese momento) para ser sustituido por Mariano. El croata decía adiós a un encuentro donde había cumplido a la perfección las exigencias de Zidane, “ser la sombra de Messi”.

Una salida del césped que, a la postre de los acontecimientos acecidos en las últimas fechas, también se ha producido en los esquemas de juego del preparador galo. Desde ese día, el croata no ha vuelto a jugar ni un solo minuto en el resto de los encuentros disputados.

Entre los motivos de dicha ausencia se barajan dos opciones: la concesión de un descanso por parte del técnico francés o la recuperación de los jugadores fijos del centro del campo.

En cuanto a los hechos que respaldan la primera opción se encuentra principalmente la disputa de 13 partidos seguidos como titular acumulando más de 1.200 minutos y que le han llevado a estar físicamente agotado. Una titularidad prolongada que se debe a las lesiones sufridas meses atrás por los centrocampistas titulares del equipo (Casemiro, Modric y Kroos) y que con este descanso, Zidane quiere evitar que se produzca una situación similar en la figura del centrocampista croata.

El hecho de tener la enfermería de centrocampistas a tope fue la razón que llevó al entrenador francés a tirar de su particular “comodín” en el centro del campo: Kovacic.

Zidane se negó en rotundo a dejar salir este verano al “fichaje de Benítez” consciente de las posibilidades que podía ofrecer al equipo un jugador discreto y trabajador que no había conseguido adaptarse al equipo durante el curso pasado.

Desde la cercanía que dan los entrenamientos diarios, el preparador galo observó el crecimiento futbolístico y capacidad de sacrificio del croata que bajo el amparo de su compatriota Modric fue aumentando su confianza en sus posibilidades. Una valoración de sí mismo donde también juega un papel fundamental la religión católica que procesa (en su maleta siempre lleva una figura de la virgen María, un rosario y un bote de agua bendecida).

Esta autoconfianza le han llevado a convertirse en uno de los jugadores que más se esfuerza en cada sesión de preparación hasta el punto de ser de los últimos en irse de Valdebebas. Un constante trabajo destinado a mejorar que le ha permitido adaptarse sin problemas a las tres posiciones del centro del campo blanco (centrocampista defensivo, creador de juego y hombre encargado de enlazar con el ataque) como demuestran sus 4 recuperaciones de media por encuentro, una efectividad en el pase de más del 90% de acierto o exhibiciones como la brindada ante el Atlético de Madrid donde hizo de escudero de Modric.

Un excelente rendimiento que ha sido ofrecido por un jugador que huye de los focos mediáticos y de la vitola de estrella. Precisamente, esa ausencia de aura de “jugador top” es la otra razón que se baraja como posible para explicar su salida del once titular.

En este sentido, en los encuentros posteriores al Clásico (Borussia Dortmund, Deportivo de la Coruña y América de Méjico), Zidane recuperó de forma definitiva a tres jugadores fijos en el centro del campo (Casemiro, Modric y Kroos). Futbolistas que se antojan vitales para el francés y a los que le ha devuelto la titularidad a pesar de que el estado de forma de alguno de ellos (Casemiro, por ejemplo) dista mucho de su mejor versión en detrimento de otros jugadores como el caso de Kovacic. Una teoría que esta refrendada en hechos como su ausencia en el partido de ida de la Copa del Rey ante la Cultural Leonesa en detrimento de Kroos. Esta decisión fue justificada por Zidane asegurando que “Toni tenía que jugar porque en esta posición nos faltan jugadores” . Un hecho sorprendente cuando el croata estaba en perfectas condiciones.

Sea por una u otra razón, lo cierto es que el entrenado francés ha vuelto a meter a Kovacic en su caja para los “juguetes” secundarios. Un lugar donde también se encuentran otros muñecos como James Rodríguez o Isco. Todos ellos artilugios utilizados por Zidane únicamente cuando se estropean sus juguetes favoritos. Una situación que podría deberse, como en el caso del jugador croata, a portar quilates de fútbol sin estrella.

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