Se van. Dejan en sus equipos una sensación de abandono tras su marcha, ellos han sido sus referentes, su señas de identidad durante los últimos años. Así se sienten las aficiones de Deportivo y Villarreal ante el adiós de dos pedazos de su historia como son Valerón y Senna respectivamente.
Son despedidas pero en ellas se aprecia su figura por encima de su última aparición con las casacas de sus clubes. En el caso de Valerón, el Flaco dio sus últimas lecciones con un balón en las botas sobre el césped de Riazor en una auténtica final, la suya. El partido ante la Real Sociedad marcaba la permanencia o el adiós del Deportivo en Primera cuyo desenlace fue el descenso del equipo. Las lágrimas de la afición para despedir a su gran general fueron más amargas, más crueles por la situación del club en su despedida a un jugador que ha sido la referencia del Deportivo más grande de su historia.
Si Valerón tuvo una cruda despedida, la de Marcos Senna fue una de las más especiales, con una sonrisa pegada a la lágrima, que se pueden tener. Certificado el domingo el ascenso del Villarreal se iba el 19 amarillo, dejando el club por su puerta emocionado pero feliz por un adiós con un último sabor a victoria. Un último galón en el traje del marinero llegado de Sudamérica.
Ambos dejan a priori la Liga. El brasileño que afirmó que quiere seguir los pasos de Valeron parece que ira al último club de Pele, el Cosmos ya que el canario duda entre el retiro dorado llamado Qatar o el retorno a sus orígenes; Las Palmas. Una forma cada vez más habitual en la retirada de las grandes estrellas para potenciar el fútbol en países sin tradición histórica y porque no firmar su último gran contrato en lo que a su economía personal se refiere.
No volverán, pero nos dejan en el recuerdo imágenes grabadas a fuego en la memoria de sus aficionados, compañeros, rivales y en definitiva para todo el planeta fútbol. Para siempre sus nombres irán ligados al Deportivo de la Coruña, de la remontada al Milan, de la Copa del centenariazo, de la liga, de su exhibiciones ante Arsenal, Juventus o Manchester United en el caso de Valeron, evocaremos su técnica. En cuanto a Senna no podremos olvidarnos de su labor en la creación de un Villarreal campeón, aquel ideado por Pellegrini y que se codeo con los grandes de España y de Europa como el Arsenal o Inter de Milán nos acordaremos de ese brasileño en la selección campeona de Europa, de su entrega, de su garra.
Adiós capitanes, vuestras heridas de guerra son vuestra seña para conocer, a pesar del paso del tiempo, como os ganasteis el cariño del aficionado, del balón. Ahora el planeta fútbol os rinde pleitesía.