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El Barcelona conquista su quinta copa de Europa tras derrotar a la Juventus (1-3) y sucede al Real Madrid en el trono de dueño del viejo continente.Luis Enrique se vistió de Guardiola al conquistar el tridente (liga, copa y champions) en su primera temporada al frente del primer equipo. Él había sido criticado al principio de temporada igual que la había ocurrido al técnico de Santpedor y ahora, tras haber triunfado en su primer desafío, su nombre pasa a engrosar la lista de entrenadores de élite.
El triunfo del técnico es el de la apuesta por reutilizar el fútbol desarrollado por Guardiola en el club, es la renovación de un vestuario viciado, es la recuperación de la fe por parte de un grupo que había tocado techo. El club azulgrana derrotó con justicia a una Juventus a la que superó de principio a fin para llevarse su quinto entorchado y pasar a convertirse en el mejor equipo del viejo continente.
Un encuentro que se puso desde el comienzo (Rakitic marcó en el minuto 4) del lado azulgrana que pudo haber goleado a la Juventus en los primeros 15 minutos. Sin embargo y, tras haber desaprovechado su ocasión, el partido entró en una fase peligrosa para los catalanes que veían como los italianos merodeaban su aria olfateando el gol. Un tanto que si apareció pero que tuvo que esperar para entrar a escena al segundo acto cuando Morata empataba el choque.
El gol italiano envolvió de incertidumbre una final que el Barcelona tenía controlada y que se llevó del todo cuando se quitó las cadenas de su mente. Fue el momento en el que apareció Messi para con un slalom plantarse ante Buffon con la intención de batirle. Algo que él no pudo lograr pero que si lo hizo Luis Suárez con el rechazo.
Con el equipo de Luis Enrique asentado como dueño y señor del encuentro, a la Juventus no le quedaba otra opción que huir del estilo italiano para apostar por el fútbol ofensivo. Un cambio que venía precedido de un enfado transalpino porque el gol había llegado (a su juicio) tras un penalti no pitado sobre Pogba. Aun así, el equipo del país de la bota tuvo la fortuna de que a Neymar le anularon en la siguiente jugada el tercer gol por fuera de juego.
La acción del brasileño dio vida a una final que murió en la última jugada cuando el colegiado dió validez a la culminación de un contrataque por parte del 11 azulgrana. Ahí acabó un encuentro que corona al Barcelona como dueño y señor del viejo continente y que permitió al gran Xavi Hernández despedirse de su afición y del fútbol de élite con un último servicio: El de alzar al cielo de Berlín la copa que distingue al club catalán como la referencia futbolística, esta temporada, del planeta fútbol.
