Hubo un tiempo en el que Arturo Vidal abandonó el reino de Udine y al sempiterno Rey Di Natale para adquirir su propio trono en la Juventus de Turín.
Su llegada al club de los Agnelli le permitió reinar en un equipo que se creó en torno a su figura tras la salida o el envejecimiento de las principales estrellas del club (del Piero, Nedved, Trezeguet o Buffon). Ese status de líder y de cabeza visible de la casa Bianconera permitió al chileno crecer colectiva e individualmente.
De esta forma, a la vez que fue sumando títulos para las vitrinas del club se produjo su crecimiento en el terreno de batalla pasando por posiciones como lateral, mediocampista defensivo para, finalmente, adquirir un rol vital para el equipo en la media punta. Así las cosas, la función de nexo entre la defensa y el ataque le permitió a Arturo Vidal colocarse la corona de rey de la Juventus de Turín.
Sin embargo, cuando su fama empezaba a traspasar fronteras, su rol en el equipo fue perdiendo relevancia para acabar siendo un pilar más de la escuadra juventina. Una situación con la que fue perdiendo protagonismo en un equipo que se alzó con los títulos italianos y el subcampeonato de la Champions. Aun así, el chileno si fue vital para la consecución de la Copa América con su selección siendo uno de los líderes del equipo junto a Alexis Sánchez.
Ahora y, tras una gran campaña siendo uno más de la plantilla, el Rey Arturo abandona Turín para viajar rumbo a Múnich donde se convertirá en uno de los caballeros del Rey Guardiola para realizar el asalto a la Champions League que tanto ansía el guerrero andino.