La multiculturalidad ha sido una de las señas de identidad del Inter de Milán desde su fundación. El club italiano fue creado bajo el nombre de Foot-Ball Club Internazionale por cuarenta y cuatro disidentes del Milan Cricket & Football Club, actual A. C. Milan, que en ese tiempo no aceptaba extranjeros en sus filas.
Su denominación como club “Internazionale” marcó una ruptura con las reglas del futbol en una época donde la valoración de lo patrio era prácticamente una obligación. Así las cosas, sólo en la época del fascismo de Mussolini, el club, liderado por Gisseppe Meazza, tuvo que asociarse con otros para ocultar sus ideales liberales.
Tras el fin de la guerra, la llegada de los Moratti marcó a base de dinero los proyectos deportivos del club. De esta manera, a lo largo de los años el Inter de Milán ha estado marcado por las influencias extranjeras como fueron la española (Luis Suarez, Peiró y Del Sol) que ganó la Copa de Europa en los sesenta, la alemana de los ochenta (Andreas Brehme, Lothar Matthäus, Jürgen Klinsmann), el proyecto multicultural de los años noventa (Youri Djorkaeff, Javier Zanetti, Álvaro Recoba o Ronaldo) o el regreso al trono europeo de hace unas campañas bajo la dirección de José Mourinho.
Sin embargo, la crisis económica y deportiva se ha instalado en los últimos años en el club que le han obligado a deambular por el Calcio italiano sin asomarse a los torneos del viejo continente.
Así las cosas, esa fase marcada por el decrecimiento se ha dejado notar en el liderazgo de los proyectos que han estado liderados por envejecidos cracks como Zanetti, Sneijder o Milito, genios rebeldes como Cassano, jóvenes promesas como Icardi o futbolistas de clase media como Saquiri, Hernanes o Podolski.
La falta de jugadores carismáticos ha llevado al club a apostar este verano por un proyecto basado en el bloque con la contratación de futbolistas de la talla de Kondogbia o Montoya que tendrán en Stefan Jovetic la guinda del mismo. Un status de líder que le llega al montenegrino tras fracasar en un Manchester City donde nunca consiguió congeniar con el arquitecto Pellegrini.
Con este fichaje, el nuevo proyecto del empresario indonesio Erick Thohir tendrá en el balcánico un guía que carece del status de estrella que tenían los líderes de los “Nerazzurris” en el pasado. Un grado de carisma que convierte a este nuevo Inter de Milán en un equipo de clase media que buscará marcar esta temporada el camino a seguir durante los próximos años para volver a bañarse en oro en un futuro próximo donde su condición de “Internazionale” vuelva a llamar la atención de las estrellas del planeta fútbol.