El 12 de octubre de 1942 no sólo comenzó el denominado descubrimiento de América por parte de la expedición capitaneada por Cristóbal Colón. En dicha fecha arrancó también la imposición de la religión católica en los territorios conquistados convirtiéndose estos (países latinoamericanos) en uno de los focos más fervientes de dicho credo.
Así las cosas, haciendo un símil entre religión y futbol, el 12 de Septiembre de 1999 los feligreses de la parroquia de Chamartín asistieron en San Manes al nacimiento de un santo. El debut de Iker Casillas en el Real Madrid le permitió convertirse en el candado del club madrileño. Un guardián surgido en una época donde la fragilidad defensiva del equipo y sus grandes actuaciones le convirtieron en un referente del equipo durante más de una década.
Una trayectoria en la que se convirtió en el santo de la iglesia de Chamartín por sus actuaciones milagrosas temporada tras temporada. Una veneración que acabó esta temporada con su marcha al Oporto después de haber perdido la aureola de icono sagrado para una parte importante de feligreses.
Una circunstancia que dejaba un vacío en el santoral blanco esta temporada, el cual se intentó cubrir con la llegada de una talla de Illescas venerada en Manchester y denominada David de Gea.
De esta forma, cuando todo estaba previsto para su llegada otorgándole a la parroquia inglesa a la imagen costarricense del meta Keylor Navas traída de tierras levantinas, todo se fue al traste. La iglesia del Real Madrid tuvo que conformarse con la imagen llegada de Latinoamérica con la sensación de tener esta campaña un vacío en el santoral de la portería.
Una situación que, en un principio, fue una decepción para gran parte de los feligreses blancos. Sin embargo, cuando los devotos parecían destinados a perder la fe surgió el milagro. La talla de Keylor Navas creció de la noche a la mañana gracias a sus actuaciones en este inicio de campaña donde sólo ha recibido 3 goles en 1.080 minutos. Unas actuaciones a lo largo de los 13 partidos oficiales entre Liga y Champions League que permiten al Real Madrid ser líder en ambas competiciones.
En definitiva, al igual que ocurrió en aquel lejano 1999 con Iker Casillas, Keylor Navas parece destinado a relevar en el santoral de la portería blanca al cancerbero mostoleño utilizando sus mismas armas. La fe, la seguridad y la proyección de la aureola sagrada en torno a la meta del Real Madrid, generada gracias a la humildad y el oficio del costarricense, permiten al barrio de Chamartín tener un nuevo patrón llegado desde América.
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