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Cuando nadie lo esperaba, cuando el fútbol no contaba con su regreso, el tigre Falcao volvió a rugir en la selva balompédica de Europa, volvió a ganarse al aficionado en la Champions League.
En el partido frente al Manchester City de los octavos de final de la máxima competición de clubes europeos, el delantero colombiano mostró de nuevo a los espectadores toda la magia y los trucos que le hicieron grande el pasado. Un recital en el que sin embargo el astro cafetero no pudo evitar que su equipo, el Mónaco, cayese derrotado por 5-3. Una derrota a manos inglesas debida a dos errores defensivos al final del choque que dejó en un segundo plano la actuación del jugador nacido en Santa Marta a pesar de haber ofrecido un amplio repertorio de presión defensiva y fútbol de contragolpe durante los 90 minutos.
Volviendo a la actuación de Radamel Falcao, el 9 colombiano recordó al jugador que fue en sus días más brillantes, aquellos en los que jugaba en el Oporto y el Atlético de Madrid. En el Etihad Stadium, el atacante sudamericano brilló con luz propia en un choque en el que estuvo permanentemente jugando ubicado entre los centrales citizens Otamendi y Stones. A ambos defensores los sometió a una tortura constante y los puso en evidencia en determinados momentos.
En el caso de Nicolás Otamendi, el defensor argentino se vio superado por Falcao en la jugada del penalti que este erró en el minuto 50, ya que la única forma de pararle fue con una entrada por detrás, y que a pesar de ese fallo no empañó su excelsa actuación en el encuentro.
En cuanto a John Stones, el inglés sufrió mucho más que su compañero ya que fue el encargado de marcarle a lo largo de un encuentro en el que el colombiano se convirtió para él en un gigante constante como, por ejemplo, ocurrió en la jugada del 2-3. En esa acción, Falcao aprovechó la debilidad del central británico para superarle, tras recoger en el lateral del área un balón largo, con un regate que lo dejó solo ante un Willy Caballero al que batió con una vaselina cuya enorme belleza pareció que el tiempo se había detenido para permitir qué el delantero de Santa Marta eligiese la mejor definición posible.
Sin embargo, el astro sudamericano no sólo fue un quebradero de cabeza para los centrales del conjunto inglés sino que también dejó muestras de su clase e inteligencia futbolística en determinados momentos del partido. En este sentido cabe destacar, por ejemplo, su olfato goleador para ubicarse en el segundo palo de la portería inglesa con el que anotó el 0-1 con un excelso cabezazo en plancha que recordó a sus mejores días como delantero.
Además de este gol “made in Falcao”, también brillante fue su acción de desmarque y despiste con el que centró la atención de la zaga inglesa en su figura para dejar el camino despejado entre los centrales a Mbappe en el segundo gol monegasco.
En definitiva, un recital con el que se ganó no sólo a los espectadores sino también a los profesionales que cubrían el encuentro como fue el caso del narrador de Bein Sports Luis Izquierdo quien afirmó que “Falcao parece tener 20 años”. En esa misma línea se situó su compañero en el encuentro, el comentarista inglés Simon Hanley, quien destacó que “el colombiano te roba la cartera y las llaves si le das una oportunidad”. Además, este periodista también había incidido previamente en el hecho de que “si alguien hubiese visto a Falcao solamente en el Chelsea y al Manchester United diría que desconoce a este jugador. Recuerda al futbolista que fue en el Atlético de Madrid.”
Precisamente, en Inglaterra es donde tiene más valor si cabe esta resurrección futbolística ya que en el país británico fue donde se vieron los momentos de peor nivel su carrera. Sus escasos cinco goles militando en las filas del United primero y el Chelsea después hacían presagiar que su fútbol había fallecido años antes, concretamente el 22 de enero de 2014. Ese día Falcao, en un encuentro de la copa francesa ante Chasseley, se rompió el ligamento anterior cruzado de su rodilla izquierda que le dejaban fuera de los terrenos de juego durante 6 meses.
Sin embargo, y a pesar de sus dos posteriores malas campañas en Inglaterra, el delantero colombiano decidió este curso que su sitio estaba en el Mónaco donde buscaría recuperar su cénit futbolístico en la madurez física como jugador (tiene 30 años).
Allí, en el Principado monegasco y de la mano de Leonardo Jardim, Falcao no sólo está recuperando su juego, como corroboran sus 16 goles anotados en la liga francesa o sus 4 dianas la presente edición de la Champions, sino que está volviendo a disfrutar del fútbol como demostró en el choque ante el Manchester City. Un partido donde el colombiano anunció, futbolísticamente hablando, que “el tigre está de vuelta en la selva balompédica”.
