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2014. Ese ha sido, hasta el momento, el gran año en la carrera de James Rodríguez. En dicho intervalo de tiempo, el colombiano vivió grandes momentos tanto en el Mónaco como en la selección de Colombia con la que fue una de las sensaciones del mundial de Brasil hasta el punto de convertirse en la bota de oro de dicho campeonato. Un gran estado de forma futbolística del astro cafetero que vivió su culmen con su llegada al Real Madrid a cambio de alrededor de 80 millones de euros.
En relación a su llegada al Santiago Bernabéu, el colombiano se convirtió desde el primer momento en una de las piezas más utilizadas por su técnico, el italiano Carlo Ancelotti, con el que su fútbol brilló a gran nivel desde la zona creativa del campo aportando tanto asistencias como goles.
Sin embargo, cuando disfrutaba el colombiano su mejor momento como jugador blanco, el Real Madrid decidió prescindir del técnico transalpino y optar por Rafa Benítez quien, tras no alcanzar el rendimiento esperado por el club, fue sustituido por Zinedine Zidane.
Pero, si la llegada del francés supuso un acierto para el conjunto blanco al ganar con el galo dos Champions, una liga y un mundial de clubes, para James su llegada supuso la pérdida de peso en el equipo hasta el punto de pasar al ostracismo que otorga el banquillo. Prueba de esta situación es el hecho de que paso a ser la quinta opción para Zidane por detrás de hombres como Isco, Kovacic, Lucas Vázquez o Marco Asensio aunque el cafetero siempre destacó por rendir en el terreno de juego a pesar de ser uno de los jugadores menos utilizados por el técnico galo.
Dicha situación llevó a James a manifestar su deseo de salir del club a lo largo de la pasada campaña. Una intención manifestada por el colombiano que se cumplió el pasado 10 de julio cuando el Real Madrid decidió cederlo dos años al Bayern Múnich a cambio segun informó Rummenigge, director general del Bayern, de 5 millones de euros por campaña más el sueldo del jugador (8 millones brutos al año) que pueden convertirse en 71,2 si tras su cesión el club bávaro decide ejecutar la opción de compra por 35,2 millones.
Una llegada al conjunto alemán donde se reencontrará con el italiano Carlo Ancelotti con el que espera que resurja su fútbol. Un fichaje que llega tras sonar para equipos como el Milán o el Manchester United donde era difícil que acabara tras lo vivido por el Real Madrid con el club inglés en el fallido fichaje de David de Gea por el conjunto blanco el pasado curso.
En cuanto a su llegada al Bayern y a su aportación al entramado táctico del técnico italiano, James Rodríguez podría encajar tanto jugando como mediapunta por detrás de Robert Lewandowski o como interior izquierdo ayudando a Thiago en el 4-2-3-1 habitual del equipo alemán donde aportaría llegada en forma de goles y asistencias en los últimos metros como de volante en el 4-3-3 donde el colombiano encarnaría una labor de creador de juego.
En definitiva, con su fichaje por el Bayern Múnich, James Rodríguez espera recuperar el nivel ofrecido en 2014 donde brillo con luz propia de la mano de Ancelotti con el que se reencontrará en una Bundesliga en la que intentará hacer resurgir su fútbol.
