Dice el refrán que “un gesto vale más que mil palabras“. Una expresión popular que se ha vuelto a poner de manifiesto con la llegada de Álvaro Morata al Chelsea tras haber sido llamado nuevamente por Antonio Conte.
Dicha relación, la del delantero español y el entrenador italiano, había sido siempre un “amor a distancia” hasta que el pasado 19 de julio la unión deportiva de ambos profesionales se ha convertido en una relación diaria tras la llegada del punta a Stamford Bridge.
Con la incorporación de Morata al conjunto blue, se pone fin a un verano en el que el madrileño ha tenido novias deportivas de varios países aunque estas han sido, sobre todo, italianas (el Milan) e inglesas (el Manchester United y el Chelsea).
En relación a sus pretendientes, el que parecía destinado a ser el definitivo era el equipo mancuniano entrenado por José Mourinho (el técnico que empezó a contar con él siendo un imberbe canterano). Sin embargo, cuando la operación parecía estar a punto de cerrarse, el Real Madrid (tras el fiasco del fallido fichaje de David de Gea) decidió hacer lo imposible para que Morata no fuese un diablo rojo el próximo curso deportivo.
De esta forma y, con el punta blanco decidido irse del Madrid debido a que era el segundo plato de Zidane tras su idolatrado Benzema, el club de Chamartín encontró un milagro en la figura de un Antonio Conte que ansiaba al 9 tras no fructificar su vínculo deportivo con Diego Costa al que ha invitado a irse este verano del Chelsea.
Así las cosas, el preparador italiano decidió pedir al equipo inglés los 80 millones que costaba el fichaje de su delantero más deseado. Un punta del que quedó prendado desde sus inicios en Valdebebas hasta el punto de ficharlo para su Juventus antes de abandonar la escuadra transalpina.
En definitiva, la carrera futbolística de Álvaro Morata transcurre como la canción de los Panchos “si tú me dices ven” al dejarlo todo primero por su amado Real Madrid (al que regreso el pasado verano) para después caer, tras herido deportivamente por Zidane, en los brazos de Antonio Conte; el maestro que siempre ha sabido mimar a la joven perla madrileña.