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Hubo un tiempo, que a raíz de lo rápido que avanza el fútbol parece no tan lejano, cuando la contratación de jugadores por grandes sumas de dinero era un hecho noticiable que generaba portadas y debates sobre lo acertado o no de dichas contrataciones. Sin embargo, la inflación del mercado hace que está situación sea un día más en la oficina.
Así las cosas y ante esta situación, la anunciación por parte del Liverpool de la contratación del defensa Virgil Van Dijk a cambio de 85 millones de euros (el precio más alto pagado por un defensa a lo largo de la historia) no supone una locura sino una consecuencia de un mercado que está definitivamente loco.
De esta forma, la contratación del defensa holandés por parte del equipo de Anfield por 85 millones supera los 57 y 60 millones invertidos el pasado verano por el Manchester City en Mendy y Walker respectivamente. Precisamente, el conjunto citizen era uno de los candidatos a hacerse con el central orange pero finalmente ha sido el equipo red el que se hizo con sus servicios.
Por otro lado, la llegada de Van Dijk al Liverpool hace realidad un deseo que tenía el equipo de la ciudad de los Beatles desde el pasado verano cuando, tras coquetear con el holandés para su contratación, tuvo que pedir públicamente disculpas ante la denuncia por parte del Southampton ante la Premier League.
Analizando la posible contribución del jugador holandés a los reds, el Liverpool apuntala una de sus zonas más delicadas, la defensa, que precisaba ser reforzada como pone en relieve los 23 goles en 20 partidos encajados en la Premier está campaña y que es una de las razones (esa fragilidad defensiva) por las que los de Jurgen Klopp están cuartos a diez puntos del líder.
En el plano futbolístico, Virgil Van Dijk es un espigado y corpulento central de 26 años (mide 1,93 m y pesa 80 kg) que destaca por su buen trato de balón para sacar el balón jugado, enorme capacidad de recuperación y, sobretodo, por su excelso golpeo de cabeza tanto en defensa como en ataque.
En definitiva, la llegada de Van Dijk al Liverpool supone el fichaje de un líder para la defensa tanto para el presente como el futuro donde el debate no reside en su calidad sino si es o no excesivo su valor al no ser aún uno de los cinco mejores centrales del planeta fútbol pero en dicha discusión el tiempo, como en tantas ocasiones, será el que determine quién tiene razón.
