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| (foto Cuatro) |
El Real Madrid venció ayer al Levante por 3-0. El conjunto blanco utilizo la táctica del acoso y derribo constante con un equipo levantinista que baso sus opciones de puntuar en el Santiago Bernabéu en una férrea defensa que minimizara las vías de los de Ancelotti de perforar las redes de su portero, de Keylor Navas.
El equipo blanco tuvo la posesión del balón y las ocasiones hasta que Cristiano Ronaldo marcó el primero. Los otros dos tardaron en llegar por la telaraña diseñada por Joaquín Caparros (Marcelo, Nikos en propia puerta) a pesar del buen partido de Keylor Navas.
Con esa victoria el Real Madrid sigue líder a falta de 11 jornadas para el final de la liga. La diferencia es que a pesar de seguir situado a 3 puntos de distancia del Atlético de Madrid, ahora le separan 4 puntos del Barcelona tras la debacle blaugrana en Valladolid.La distancia de puntos existente y los que quedan por disputarse en estas últimas 11 jornadas dictaminan que el equipo blanco podría perder la liga. Sin embargo, la imagen dada por ambos equipos en las últimas jornadas hace prever que el Real Madrid tiene en su mano la posibilidad de ser campeón y que si eso no cambia en los próximos meses, los blancos habran ganado la liga.
Tanto colchoneros como culés llegan a este final de liga con un problema común: el físico. Si, a pesar de ser dos conjuntos que cuentan con plantillas con calidad, el exceso de minutos en los principales jugadores le dejan prácticamente sin opciones de cara al final del campeonato.
En el caso del Atlético de Madrid ese es el principal problema que se percibe debido a que el Cholo Simeone solo ha confiado en muy pocos jugadores durante toda la campaña. El argentino ha añadido pocas variantes al once tipo en todas las jornadas disputadas.
Ese exceso de minutos empieza a ser visible donde a los del Cholo les cuesta cada vez más superar a sus rivales como se vio en el partido del ante el Celta. En otros como en la derrota ante Osasuna se vio que esa carga de partidos en sus piernas les dejo sin respuesta posible.
Ahora con once jornadas por disputarse que se unen a un exigente calendario Champions las opciones ligueras de los rojiblancos se reducen a la mínima opción.
En el caso del Barcelona el físico este es el gran agravante que se añade a un vestuario con facciones divididas y con múltiples frentes abiertos a nivel institucional. En los catalanes el problema se genera en verano cuando la planificación física fue nula por lo que ahora se están viendo las consecuencias de dicha falta de trabajo.
Los partidos ante la Real Sociedad, Valladolid y hasta en grandes fases del choque de su duelo ante el Almería dan fe de ello. La falta de físico para darle la vuelta a dichos partidos se hace cada día más evidentes.
Un problema que nace en el adiós de Pep Guardiola. La salida del catalán fue acogida como un alivio para algunos jugadores que no podían soportar más el exceso de trabajo para la preparación de los partidos que hacia el de Santpedor.
Desde su adiós elementos como la presión en la salida de balón así como la capacidad para ganar cómodamente los partidos han caído ya en el olvido. A pesar de quedar el clásico por disputarse, el nivel físico existente entre blancos y azulgranas dejan a priori nulas opciones de alzarse con la liga.
En definitiva, la capacidad de Ancelotti para llegar líder a estas alturas de competición y para que todos sus jugadores lleguen frescos (físicamente) al momento clave de campaña se percibe en su proceso de rotación constante. Ese trabajo del italiano le coloca en la pole position para hacerse con el título liguero donde solo un accidente (perder un partido) o salida de pista (alguna lesión de sus jugadores más importantes) le podrían apartar del trofeo.
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