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El fútbol al igual que la vida tiene diversas fases.Ahora, imaginémonos vivir en una manada de leones. En ella, vemos miembros jóvenes que se muestran unas buenas condiciones físicas (tanto para el combate como la caza) y otros más maduros que ejercen de líderes mientras que los más ancianos suelen encontrarse desterrados del núcleo de la misma.
El jugador de fútbol también pasa por esas fases a lo largo de su carrera deportiva. Ahora y para analizar dichas similitudes, centremos esta situación en un futbolista concreto; pongamos la lupa sobre Iker Casillas.
El actual capitán del Real Madrid se encuentra en la última fase de la evolución del futbolista, pero, hay que asomarse al pasado para ver la progresión de la misma.
El portero mostoleño fue reclamado cuando aún era un adolescente para hacerse cargo de la portería en San Mamés (debido a la crisis que vivía la meta blanca). El 12 septiembre 1999 el estadio bilbaíno era el primero en disfrutar de él, posiblemente, mejor guardameta de la historia del fútbol español.Casillas cogía los guantes del Real Madrid en la casa del mítico Iribar para poner el punto de inicio en su carrera como madridista. Gracias a sus actuaciones esa campaña se fue ganando el respeto del fútbol y los aficionados que provocó que su ascenso a la cuspide de pareciera imparable.
Sin embargo, tras ganar la copa de Europa Vicente del Bosque tuvo que corregir al meta. Él se encontraba en la cresta de la ola donde se estaba creyendo en exceso la fama obtenida. Pecados de juventud que motivaron al salmantino a relegarle al banquillo en beneficio de César.El correctivo surtió efecto y el destino dio una segunda oportunidad al madrileño en forma de lesión del meta elegido por el entrenador en la final de la Champions de 2002. El aceptó el reto y se puso el traje de héroe para salvar a su Real Madrid en la “novena de Zidane”.
La etapa del Casillas joven estaba evolucionando al Casillas maduro capaz de liderar la plantilla. Por ello, esa capa de héroe no se la quitó temporada tras temporada donde fue quemando etapas en la importancia dentro del grupo. Ese peso iba unido a sus actuaciones “de santo” para salvar a un Real Madrid donde la defensa se convertía en un vía crucis temporada tras temporada que le han llevado a ganar ligas, trofeos individuales y hasta un mundial y dos Eurocopas.
Todo iba bien, había llegado a ser el capitán del equipo relevando a Raúl pero algo propio. El 28 mayo 2010 se hizo oficial el fichaje de Mourinho por la entidad blanca. Ambos vivieron un idilio durante dos años hasta que el 23 enero 2013 la relación dio un giro de 360°.Ese día Casillas se lesionó y ahí comenzó su reconversión en la “manada” de rey León a miembro anciano de la misma. Ese fue el momento deportivo elegido por el técnico para desterrar al jugador por sus continuos enfrentamientos. Éstos venían generados por actuaciones del capitán que el luso consideraba una falta de lealtad.
Así, casos como la llamada de Iker a los capitanes del Barcelona para enfriar la tensión de los clásicos (por el bien de la selección), acusaciones de trato desigual pero sobre todo la reunión mantenida por los capitanes con Florentino Pérez donde éstos dieron un ultimátum a la cúpula directiva para que eligieran entre ellos o el entrenador. En ese pico de tensión Mourinho ordenó fichar a Diego López y declaró la guerra al madrileño. El enfrentamiento dolió al presidente que escogió a la plantilla en detrimento de “su técnico”. El choque final entre el entrenador y Cristiano Ronaldo decapitó al de Setubal.
La guerra entre el técnico y el portero abrió dos frentes en la afición (mourinhistas frente a casillistas). Los primeros acusan al meta de ser el “topo” que filtró a la prensa las informaciones que desembocaron en el adiós del portugués. Por su parte los defensores del cancerbero aluden a la importancia del jugador en los éxitos del club para tener más importancia en el club.
Lo cierto es que la inactividad (algunas teorías apuntan a órdenes directas de la directiva) pasó factura al jugador que fue perdiendo peso en el club. Ancelotti, el nuevo técnico prefirió a Diego López aunque dejó al mostoleño disputar la Copa del Rey y la Champions. Los triunfos en ambas competiciones obligaron a Ancelotti a reubicar como primer portero a Casillas esta temporada. Una vuelta al status tardío ya que la afición aún está dividida como se ve en el Bernabeu donde se recrudece en cada partido y más tras la situación actual del equipo. Así las cosas gran parte del madridismo tiene en el portero su principal “puching ball” para desahogarse con el momento actual.
De esta manera, la defensa del jugador por parte de compañeros y presidente parece llegar tarde para un Casillas “anciano” que parece destinado a abandonar la “manada” a final de temporada que le obligará a buscarse una nueva, donde vivir sus últimos días como profesional más tranquilo, para la siguiente campaña. La pregunta es,de profucirse, ¿será este un buen final para el jugador? Juzgen ustedes mismos.
