El salvador del mundial de Inglaterra no fue un futbolista sino un perro de nombre Pickles. El canido, un collie blanco y negro, se convirtió sin esperarlo en la gran figura del campeonato del mundo de 1966.
La historia de cómo este perro se convirtió en leyenda nace cuando el inglés Stanley Rous, presidente de la FIFA, consiguió llevar a su país el mayor acontecimiento del mundo del fútbol. El ex árbitro lograba así que sus paisanos pudiesen disfrutar del mejor torneo del deporte rey. Rous quería que este acontecimiento tuviese la elegancia y sofisticación que caracterizaba a la sociedad inglesa. En definitiva, buscaba organizar “el mejor campeonato de todos los tiempos”.
El sueño del ex árbitro inglés se hizo añicos el 20 marzo 1966. Ese día, alguien burló la seguridad existente y se llevó el trofeo del campeonato del mundo, la Copa Jules Rimet, aprovechando un descuido del vigilante que había ido a tomar un café (el ladrón, sin embargo, ignoró los sellos que había a su lado, algunos de los cuales valían más de 3 millones de libras). Una pérdida que convirtió a Inglaterra, de forma negativa, en noticia para el mundo del deporte.
La Copa Jules Rimet
La copa del Campeonato del Mundo fue creada en 1928 por el orfebre francés Abel Lafleur, amigo del presidente de la FIFA Jules Rimet, previó encargo del dirigente futbolístico para la elaboración de un trofeo que distinguiese a la mejor selección mundial cada cuatro años con motivo del torneo de naciones.
Tras recibir el encargo, Lafleur esculpió una copa de 35 centímetros de altura, y 3,8 kilogramos hecha de y plata esterlina chapada en oro y lapislázuli. La creación tenía forma octagonal y representaba a la diosa griega de la victoria, Niké.
El robo de la Copa del Aston Villa
El escándalo de la sustracción de la Jules Rimet en Inglaterra recordó al robo de la primera copa inglesa (cuyo coste fue de 20 libras) que desapareció en 1895 cuando la ganó el Aston Villa. Los “villanos” la colocaron en su sala de trofeos y un buen día desapareció. El “Little Tin Idol” (pequeño ídolo de latón) había sido robado. Un trofeo que nunca apareció y que sigue siendo considerado como “el Santo grial” para los hinchas más fervorosos ingleses.
En cuanto al trofeo mundialístico, la pérdida de la Copa Jules Rimet aumentó el miedo inglés por la posibilidad de formar parte de la historia negra del fútbol. Scotland Yard se movilizó de inmediato poniendo en marcha la conocida como “operación rescate”. Una búsqueda por la que llego interesarse la reina y donde el gobierno ofreció una recompensa de 6000 libras. Ante la falta de noticias con el paso de los días se habló con los joyeros más importantes del país para la creación de una nueva copa del mundo.
Mientras crecía los rumores sobre su paradero, la Federación Inglesa y de Stanley Rous eran el centro de las críticas humorísticas. Sin embargo, cuando Inglaterra estaba abocada a la pérdida del trofeo se produjo el milagro, era el 27 de marzo de 1966.
Pickles, el nuevo héroe de Inglaterra
Dave Corbett, un trabajador de los muelles, estaba colocándole la correa a su perro Pickles en el jardín fronterizo de la casa donde vivía cuando el canido no dejaba de buscar en un rollo de papeles de periódico ubicados en dicho jardín. Corbett preocupado lo recogió y observó una cosa negra.
Según afirmó tiempo después “rompí el papel por la otra parte y apareció algo dorado. Una inscripción decía; Brasil, 1962”. Entró corriendo a su casa llamando a gritos a su esposa, el mundial estaba salvado.
Pickles, sin saberlo, era una celebridad. Su gesta le llevó a ser parte de la ceremonia inaugural del mundial, convertirse en un reclamo publicitario además de comerse las obras del banquete de bienvenida.
El canido se convirtió en una estrella cuyo futuro era similar al de la copa recogió: dorado. La selección inglesa le invitó a acompañarles en el siguiente mundial de 1970 en México al cual no pudo acudir. El destino quiso que en 1967 muriera ahogado por su propia correa mientras perseguía un gato. Ese día falleció el héroe de Inglaterra en 1966, dejó este mundo el perro que salvo el mundial.
Sidney Cugullere, el “primer ladrón del Mundial”
La rocambolesca historia de la Copa Jules Rimet en Inglaterra, después se robaría en Brasil, tuvo un nuevo episodio en 2018 cuando el Daily Mail anunciaba el nombre del ladrón inglés:Gary Cugullere, un delincuente común de la época.
El nombre del ladrón inglés lo anunció su sobrino, Gary Cugullere, al tabloide británico 52 años después de los hechos y cuando el autor del robo había fallecido (murió en 2005). El autor del robo, que se vanagloriaba en su círculo íntimo por ser el primer inglés en levantar la copa, recibió la ayuda de su hermano Greg quien, al ver lo que había hecho Gary, intentó venderla o fundirla pero, ante la imposibilidad de salir indemnes del entuerto, decidieron tirarla en lel jardín donde días después la encontraría Pickles.
Nuevo robo y, ¿qué fue de la Copa Jules Rimet?
La Copa del Mundial, la Jules Rimet, se otorgaba al ganador del Mundial y pasó de mano en mano hasta que en 1970 Brasil se la quedó en propiedad al ganar el máximo torneo de selecciones de futbol. Desde entonces, el trofeo se exhibía en las vitrinas del museo de la Confederación Brasileña de Fútbol hasta que amigos de lo ajeno la robaron en 1983.
El nuevo robo de la Jules Rimet y su destino tiene todos los alicientes de una película de intriga (por si fueran pocos los anteriores). Protegida por fuertes medidas de seguridad como un cristal antibalas, el diseñador de la seguridad olvido protegerla ferozmente en una parte, que era de madera, y que fue forzada por los ladrones para llevársela.
A partir de ese momento comenzaron las teorías sobre su paradero. A los pocos días del robo, la prensa informó de que esta había sido fundida por los ladrones que la robaron, como declararon tras ser detenidos cuatro argentinos.
Sin embargo, mucho tiempo después uno de los cacos afirmó en una entrevista que un coleccionista italiano les había pagado una gran suma de dinero por robarla. Es entonces cuando nace la gran pregunta: ¿Qué fue realmente de la Copa Jules Rimet?
Además, y por si no existiesen suficientes dudas de su paradero, en 2016 apareció el pedestal original de la copa Jules Rimet en un sótano de la sede de la FIFA que añadía una nueva teoría a la autoría del robo.
Aun así, la Copa Jules Rimet original, en 1984 se hizo una réplica que está en la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol, nunca apareció dejando en el aire tres preguntas: ¿Fue fundida?, ¿se la llevó un coleccionista italiano? o ¿la robo alguien de la FIFA?.
Tristemente, el paradero del gran “Santo Grial” del fútbol sigue avivando el misterio de un trofeo que estará ligado para siempre a Pickles y a su propia leyenda negra.