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No corren buenos tiempos en la parte verdiblanca de Sevilla, el equipo se encuentra actualmente sumergido en una crisis institucional y deportiva instalado en el último escalón de la tabla clasificatoria.
Sin embargo, con esta situación no se comenzó la temporada ya que en el inicio de la campaña Pepe Mel tenía como objetivo afrontar la campaña con el ilusionante reto de jugar en Europa cuyo único peligro estaba en el aumento de competiciones a disputar por un equipo que campañas anteriores sólo había jugado liga y copa.
Para luchar por cumplir los objetivos, el equipo se reforzó con más de una decena de jugadores entre los que destacaban Andersen y Sara para la portería, Verdú, Xavi Torres o Chuli entre otros.
Ellos venían a cubrir las bajas de hombres importantes en la temporada pasada y cuyo hueco en el equipo y calado en la afición era muy alto. Hombres como Adrián que se había asentado en la portería en un breve periodo de tiempo llegando desde el filial hacía las maletas para marcharse la liga inglesa y más concretamente al West Ham. Otros que se marchaban también a las islas británicas eran Cañas y Pozuelo, estos a las filas de Swansea. Beñat finalmente no se marchaba a Alemania ya que su destino estaba en el Athletic de Bilbao y Dorlan Pabón dejaba Sevilla por Valencia.
Arrancaba la campaña y el equipo verdiblanco no enderezaba el rumbo deportivo, a pesar de desplegar un juego que recordaba al de la temporada anterior los resultados se hacían esperar. El elemento fundamental es que muchos de los fichajes no daban el rendimiento esperado y no hacían olvidar a los pilares del curso anterior.
Esta situación se traducía en que la actuación de la dirección deportiva del club no había sido buena. El encargado de esta parcela Vlada Stosic no había tenido los aciertos de otros años. Una prueba de ello era la portería donde ni el danés ni el argentino habían hecho olvidar a Adrián y ponían en evidencia el error del yugoslavo al no haberse gastado, por ejemplo, lo invertido en ambos porteros para retener al canterano. Tampoco ha funcionado Xavi Torres que no ha sido capaz de cubrir el puesto dejado por Beñat ni hombres como Chuli o Juanfran que no han conseguido reemplazar el vacío dejado por Pabón.
Así las cosas y trasladándose las malas decisiones de la dirección deportiva en el juego del equipo, los verdiblancos pasaron de luchar por estar en puestos europeos a pelear por salir del descenso. Este clima de crisis se instaló en el vestuario provocando el equipo perdiera partido tras partido sin posibilidad de levantar cabeza.
Así, fueron destituidos tanto Pepe Mel como Stosic sin que nada mejorara. Llegó al banquillo Juan Carlos Garrido que ha durado en el club algo más de un mes tras empeorar el rumbo del equipo (cogió las riendas a tres puntos del descenso y lo deja a ocho de salir del infierno). Además, el clima de crispación que se vive entre los aficionados han llevado a acusarle de quedarse con comisiones en el fichaje de Leo Baptistao.
Una crisisis que se traduce en las posibles incorporaciones ya que había más fichajes en curso que no han llegado como Bryan Ruiz o Erbes. Ahora el equipo pasa a manos de Gaby Calderón; una vieja leyenda del club. Si antes del fin del periodo de fichaje de invierno no llega un director deportivo el será al encargado de dar los últimos retoques a la plantilla antes de encarar la pelea por seguir en primera división.
Posiblemente, la mejor opción para eludir el descenso de categoría obligue al Betis a contratar a jugadores de perfil bajo, futbolistas que han militado en equipos acostumbrados temporada tras temporada a luchar por salvar la categoría, hombres que saben vivir en un vestuario en crisis en el que conocen los entresijos para dar con la clave que les permita quedarse en la primera división.
Una situación dramática, un momento en la vida del beticismo en el que se ha pasado de disfrutar con el equipo a la hora de volver a Europa a ver como ese sueño se convertía en un trago amargo una temporada después donde nada funciona y donde las fauces de la segunda división amenazan a un Betis que intentará no ser devorado.
