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14 de julio de 2014. Alemania se convertía en la campeona del mundo tras ganar a Argentina por 1-0 gracias al gol de Mario Gotze en la prórroga y liderada por hombres como Hummels, Kroos o Muller.
2 de julio de 2017. El conjunto alemán se lleva la Copa Confederaciones en la final ante Chile también por 1-0 gracias al gol de Stindl y, sobre todo, a la aportación de su combinado “B” liderado por hombres como Draxler (capitán y líder del equipo), Mustafi o Goretzka.
En resumen, dos grandes triunfos en un periplo de tres años con dos equipos diferentes pero con un denominador común: la fiabilidad y la confianza en un esquema de juego similar.
Para la reciente Copa Confederaciones Joachim Löw, seleccionador alemán, optó por dejar en casa a sus grandes estrellas y probar su segunda unidad de cara al próximo campeonato del mundo que se disputará el próximo año en Rusia y, de esta forma, conocer de primera mano su fondo de armario.
Con dicha decisión, el técnico teutón quería comprobar las prestaciones como equipo de los jugadores secundarios manteniendo el estilo de juego basado en la combinación fiabilidad defensiva, el dibujo táctico así como los esquemas ofensivos y defensivos.
En cuanto a la puesta en escena, (como puede verse en la imagen) Low ha mantenido el 4-2-3-1 que utiliza la selección A en todos los encuentros del campeonato salvo en la final donde optó por un 3-4-3.
Así las cosas, se ven grandes similitudes tanto en el plano defensivo como en el ofensivo con relación al combinado principal. De esta forma, en ataque el dibujo táctico se convierte en un 3-4-3 con una línea defensiva formada por tres centrales (Rudiger, Mustafi y Ginter o Kimmich) que en los partidos que ha comenzado con un 4-2-3-1 Kimmich pasaba a engrosar la línea de tres centrales dejando que Héctor y Brandt o Henrichs ocupen los costados de la línea de cuatro donde Sebastian Rudy o Enre Can ejercen de ancla al estilo Toni Kroos y León Goreztka se descuelga en ataque emulando a Sami Khedira. En cuanto a la línea de tres atacantes, Draxler y Stindl (que hace las veces de Muller) juegan con libertad de movimientos para ayudar al delantero y hombre más adelantado que puede ser tanto Werner como Wagner.
Un dibujo táctico resguardado bajo los palos por el partido del Barcelona Marc-André ter Stegen que ha suplido con enorme solvencia la ausencia del capitán y uno de los líderes del combinado A, Manuel Neuer.
Por otra parte, si nos fijamos en el apartado defensivo, el dibujo táctico se convierte en un 5-4-1 o en un 5-2-3 dependiendo si el equipo espera atrás o hace presión intensa en la salida de balón del conjunto rival. En ambos casos, la línea de 5 la componen el lateral izquierdo (Kimmich o Brandt o Henrichs dependiendo del esquema inicial), una línea de tres centrales compuesta por Rudiger, Mustafi y Ginter o Kimmich y Jonas Hector como lateral derecho. Sin embargo, en el 5-4-1 Stindl y Draxler ocupan las bandas en la línea de 4 dejando Wagner o Werner como hombre más adelantado. Esta defensa difiere de la línea de tres en el caso de que Low utilice el 5-2-3 donde Sebastian Rudy o Enre Can y León Goreztka ocupan el centro del campo mientras que Stindl, Draxler y Werner hacen presión alta en la salida de balón del equipo rival.
5-2-3 presion alta 5-4-1 espera rival 
Un dibujo y un esquema de juego que Joachim Löw ha sabido inculcar a esos jóvenes talentos abriendo de esta forma la puerta a una joven generación que aportará aire fresco desde el banco en el mundial de Rusia del próximo año y que asegura el futuro de Alemania como potencia de cara a citas como la Eurocopa de 2020 o el siguiente campeonato del mundo de 2022.
En definitiva, tras el gran torneo realizado por la joven Alemania en esta Copa Confederaciones, el equipo teutón parte como gran favorito para volver a ostentar el cetro mundial en el próximo campeonato del mundo donde, a día de hoy, sólo España puede hacer sombra al combinado centroeuropeo tanto un juego, en fondo de armario.
