Tras el final de la fase de grupos y ver cómo han quedado los emparejamientos de octavos de final de la Champions League percibo la sensación de que Europa está en crisis.
La razón por la cual tengo esa sensación no es sólo la caída de los dos equipos de Manchester, United y City, disputarán la Europa League sino porque la pugna entre Real Madrid y Barcelona por el título parece estar amenazada solamente por Chelsea y Bayern de Munich que cuenta con el aliciente de que la final se jugará en su casa.
El Apoel Nicosia una cenicienta que en teoría iba a disputar por entrar en la Europa League ha sido primero de grupo y, sin quitarle merito no parece que da la sensación de ser uno de los 16 mejores equipos de Europa. El Basilea tiene si cabe más mérito por deshacerse del subcampeón de Europa, el Manchester United, aun así ambos dejan abierta la idea de la Europa en crisis.
Una teoría que ponen en práctica los franceses del Olympique de Lyon que está lejos del nivel de aquel equipo capaz de dejar en ridículo al Real Madrid en el que destacaban jugadores como Juninho Pernambucano, Wiltord o Fred así como el Marsella que en plena reconstrucción está lejos de aquel equipo que se hizo con el trofeo en el 93 con un gol de Boli.
Una situación similar vive el Bayer Leverkusen con un equipo joven está lejos de aquel que alcanzo la final en 2002 con un jovencísimo Ballack que apura, en la actualidad, sus últimos momentos de fútbol en su casa o el Benfica que sigue buscando un hueco en Europa y al que le sigue pesando la predicción de Bela Gutman de no volver a levantar un título europeo.
Otros como el Milan o el Inter deben de intentar volver a buscar su hueco en la competición como el Arsenal que debe dar el golpe definitivo para volver a ser competitivo en Europa como en la edición de 2006 en París liderados por Cesc y Thierry Henry.
Un buen momento viven los equipos rusos, Zenit y CSKA, que poco a poco van encontrando un hueco para entrar entre los mejores pero parece que aún pasaran unos años hasta que se asienten como verdaderos candidatos a hacerse con el trono europeo. Una situación que ira ligada al aumento de la calidad de su liga que a pesar de seguir creciendo necesita un empujón.
La excepción es el Nápoles que está viviendo una segunda juventud, tras la primera de Maradona, que con un grupo joven y no exento de calidad se convirtiéndose en un exponente italiano para soñar en el futuro.
Aun así, los años en los que equipos como el Manchester de los Fergie babies, el Bayern de Khan, Effenberg o Elber, el Milan de Sevchenko o la todopoderosa Juventus están ya muy lejos y sólo el Barcelona de Messi y el Real Madrid de Cristiano Ronaldo parecen haberse salvado de la crisis que azota al fútbol europeo en el que cualquier tiempo pasado fue mejor.