Cristiano Ronaldo ha sido galardonado recientemente con el balón de oro 2017, un premio que le define como el mejor jugador del planeta este año.
Sin embargo, la elección como nuevo balón de oro le llega a Cristiano en su peor momento del año ya que actualmente su rendimiento futbolístico (valorado en gran medida por su voracidad goleadora que le ha definido a lo largo de su carrera) se encuentra en mínimos históricos en liga con únicamente dos goles en catorce partidos en su haber este curso siendo la Champions su única vía de escape goleadora al cerrar la liguilla con nueve tantos en dos encuentros.
Además, este quinto balón de oro que le convierte en el nuevo emperador del fútbol de los últimos tiempos le permite empatar en entorchados con Lionel Messi equiparando de esta forma su reinado con el del astro argentino.
De todas formas y a pesar de este irregular final de 2017, este ha sido el año de Cristiano Ronaldo por ser el líder en el campo del Madrid de Zidane que ganó la última liga y Champions que le permiten hacerse con su quinto entorchado.
Teniendo en cuenta los registros del portugués con los del argentino, ambos jugadores además poseen cuatro botas de oro así como un FIFA WORLD Player. Un palmarés que únicamente se declina a favor del luso con este último trofeo gracias a los dos últimos The Best (sucesor del FWP) ganados por Ronaldo.
Así las cosas, el dominio de Cristiano en los últimos años marcan la era de la voracidad que define al portugués frente a la magia que ilustra a un Messi que dominó el pasado.
Por lo tanto, actualmente nos encontramos en la era de la lucha entre la magia y la voracidad, de la disputa entre Messi y Cristiano Ronaldo.
En definitiva, la consecución del balón dorado de este último año (gracias al liderazgo del Madrid bañado en oro de 2017) por parte de Cristiano Ronaldo mantiene viva la era de la voracidad frente a la de la magia, una disputa que se volverá a dar en 2018 con el mundial como juez aunque… para France Football el 2017 será para siempre el año de la voracidad.