Los reyes magos se han adelantado para Unai Emery al conocer antes del inicio de la navidad su regalo para este nuevo año, el alemán Julian Draxler. Hasta 47 millones, en función de objetivos cumplidos, es la cantidad que podría pagar el dueño del PSG, Nasser Al-Khelaïfi, con el Wolfsburgo alemán en concepto de traspaso cuando se habrá este próximo mercado invernal.
Un fichaje de relumbrón para un cuestionado técnico español que debe dar la vuelta a una delicada situación deportiva marcada por el tercer puesto que ocupa el equipo en la liga francesa. Un lugar en la tabla que difiere de cursos anteriores donde el club parisino comandaba la competición francesa con puño de hierro.
Esta situación de crisis deportiva se ha aviado con las críticas por parte de prensa y aficionados partidarios de la destitución de un técnico español que no ha encontrado todavía la tecla para cambiar el rumbo del equipo. Aun así, los dirigentes parisinos han ratificado su confianza en Unai Emery para liderar su proyecto donde recuperar el mando de la Ligue I y superar, de una vez por todas, al Barcelona en Champions (el gran sueño de Al-Khelaïfi) son los objetivos a corto plazo.
Así las cosas, con la próxima llegada de Draxler se aumenta el potencial ofensivo de un equipo donde los fichajes veraniegos en esta parcela del campo, Jesé y Ben Arfa, no han mostrado el rendimiento esperado.
El jugador alemán llegará a Paris tras declararse en rebeldía solicitando el traspaso y ser apartado de un Wolfsburgo al que le ha afectado en exceso la polémica de los motores de su sustento económico, la Wolkswagen. Prueba de ello es el hecho de que actualmente coquetea con el descenso, ocupa la décimo tercera posición, a pesar de contar con una de las plantillas de más calidad de la Bundesliga.
Con su fichaje, Draxler aportará versatilidad en línea de tres atacantes dentro del esquema del 4-3-3 utilizado por Emery. Una capacidad para adaptarse a diversas posiciones donde el alemán puede funcionar tanto en ambas bandas (principalmente en la izquierda por ser zurdo) como de segunda punta en caso de ser variado el esquema por parte del técnico vasco.
Atacante o extremo izquierdo
Su posición más natural. En dicha zona del campo Draxler explota su velocidad, habilidad individual y su gran zurda tanto para servir asistencias como para anotar goles escorado en el flanco izquierdo. Un alto rendimiento que ha mostrado en el Wolfsburgo y, sobre todo, la selección alemana donde es un fijo en dicho puesto para Joachim Low. En este puesto en el PSG sustituiría a un Matuidi que ha sido utilizado por Emery en dicha posición, a pesar de ser centrocampista, debido al bajo rendimiento mostrado por Jesé y Ben Arfa y la irregularidad de Lucas Moura.
Atacante o extremo derecho
Jugaría a pierna cambia. Sería otra de las posiciones a poder ocupar aprovechando su velocidad y el estar fuera de su hábitat natural (el flanco izquierdo) que le permitiría aumentar las incursiones por el interior del campo aprovechando su talento con la zurda. Una variante ofensiva que variaría la aportación de Ángel Di María, actual inquilino de dicho puesto, que explota más él juega por banda aunque sigue lejos del nivel mostrado años atrás en el Real Madrid.
Por de tras del 9 en un 4-5-1
El alemán también podría adaptarse a jugar en una línea de tres atacantes por detrás del 9 Cavani que es un fijo en el equipo por su crecimiento como goleador tras la salida de Ibrahimovic rumbo a Inglaterra este curso en el que ha abandonado la banda para ser la punta de lanza del ataque. De esta forma, si Emery optase por jugar con un 4-5-1, Draxler podría jugar también como segunda punta como hizo de forma esporádica en el Wolfsburgo como acompañante de Mario Gómez.
En definitiva, con su fichaje el PSG ha aprovechado la crisis deportiva del cuadro teutón para adquirir eficiencia alemana de máxima calidad a bajo precio. Un filón futbolistico a bajo coste del que se espera que Unai Emery saque la mayor rentabilidad posible adaptándola a la elegancia que se respira en la ciudad de la luz.