El dios portugués

El diario portugués A Bola presentaba en la portada del periódico de hoy el titular “El mejor de siempre” en referencia a Cristiano Ronaldo. Los dos goles logrados por el 7 ante Camerún le han permitido superar a Pauleta que con 47 tantos llevaba siendo el máximo goleador de los lusos desde hace 8 años. Ahora el record lo tiene el de Madeira con 49 dianas.

Pero no solo A Bola se ha rendido ante CR7. Otros diarios como Record lo tildaban de “Imparable”, O Jogo por su parte incide en que “es indiferente el sistema con el que juegue el equipo de Paulo Bento, el siempre rendirá”.

Sin embargo, cuando toda la Portugal balompédica se rinde a sus pies, él se toma dicho registro como algo normal tras asegurar una vez conseguido el logro que “ya sabía que iba a batir ese record”. El capitán de los lusos ya ha manifestado que va a por otras mejores marcas y que seguirá perforando redes en el mundial de Brasil.

Posiblemente, el siguiente reto del actual balón de oro será superar a Luis Figo que con 127 internacionales es el jugador que más ha vestido la camiseta de las quinas. 17 más que Ronaldo.

Estas cifras en muchas ocasiones sirven para que tu nombre quede para siempre grabado en la historia de un club, un país y del mundo del fútbol. Aun así, eso no es lo más importante para un futbolista. Lo más grandioso es ganarse en el campo el cariño de los aficionados.

En esa pugna por el corazón de la hinchada Cristiano Ronaldo crece, partido a partido, a pasos agigantados. Pocos pensaban que aquel joven que llegó a Lisboa procedente de Madeira siendo un niño sea ahora considerado un dios futbolístico en el país.

Sus lágrimas tras perder la final de la Eurocopa 2004 ante Grecia fueron el reflejo de lo que sentía toda la sociedad. Su carácter ganador, luchador y en algunos puntos chulesco enamoraron junto a su calidad y goles en el campo a la exigente afición lusa.

Su lucha constante por ser el mejor le ha llevado a superar en el corazón de la hinchada al último gran referente portugués; a Luis Figo. El anterior 7 de la selección fue el espejo en el que se miró Cristiano Ronaldo para entrar en la elite. El jugador de Lisboa fue el máximo exponente de la última gran generación lusa, aquella que contaba con jugadores de la talla de Rui Costa, Nuno Gomes o Vitor Baia.

Él fue el jugador en el que deposito el país sus esperanzas de lograr algo importante. Sin embargo, el fracaso en la Eurocopa de Portugal fue su retirada de ese liderazgo y el cese de ese testigo a un imberbe Cristiano Ronaldo. Desde ese momento el nuevo 7 ha luchado por sumar el primer título importante aunque su techo como líder ha estado en llegar a dos semifinales: una de Eurocopa (Polonia y Ucrania 2012) y otra de mundial (Alemania 2006). Una cota en la Copa del Mundo que le iguala con Eusebio. El cual alcanzo el partido por entrar en la gran final en 1966 aunque sucumbió ante la anfitriona, ante Inglaterra.

Posiblemente y más tras el reciente fallecimiento de la perla de Mozambique la lucha entre Cristiano Ronaldo y Eusebio por ser el mejor futbolista portugués de la historia se encuentra en su punto más álgido. El de Madeira ha conquistado el corazón de la hinchada, el “africano” el de los críticos. Es ahora cuando con “el bicho” en su mejor momento de su carrera empieza la lucha contra el pasado y el futuro por ser el Dios Portugués.

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