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Se acabó. La incertidumbre sobre el futuro de Sergio Ramos se esfumó tras alcanzar el camero y el Real Madrid un acuerdo para mantener unido su futuro hasta el año 2020.
Con este acuerdo, se ponía fin a los rumores en torno al fin de la continuidad del defensa sevillano en el Real Madrid. Una circunstancia que le había convertido en el foco informativo y de interés que iluminaba todo lo concerniente al club blanco tras la salida de Casillas. Precisamente, la salida del portero y capitán del equipo rumbo a Oporto avivó las dudas (respecto a su futuro) de un Sergio Ramos que perseguía, desde hacía tiempo, una mejora salarial para percibir 10 millones de euros por campaña.
Así las cosas, el futuro del nuevo capitán principal del Real Madrid se convertía en punto principal de las gestiones de la cúpula directiva este verano. Una tarea que se convirtió en crucial tras producirse un acercamiento del entorno de Sergio Ramos hacia el Manchester United para valorar la contratación del central y convertirlo en el nuevo jefe de la defensa devil.
La aparición del club inglés en escena pudo ser una estrategia del jugador para obligar al Real Madrid a negociar la renovación tras la petición de este al club de escuchar ofertas por él. Aun así, el órdago lanzado por Ramos tuvo respuesta por parte del club de Concha Espina de trasmitir al central la decisión de no traspasarlo por menos de 80 millones.
Una decisión que, en plena negociación con el Manchester por De Gea, abría las hostilidades con los ingleses. Esta circunstancia, unida al deseo blanco de que ambas operaciones fueran independientes, llevó al Real Madrid a acelerar la renovación aprovechando que Ramos no acababa de dar el paso de expresar públicamente su deseo de abandonar la casa blanca; petición realizada por el Manchester para lanzarse a la realización de su fichaje.
Finalmente, el Real Madrid (que buscaba la continuidad del jugador) y el jugador (que perseguía un aumento salarial) llegaron a un ansiado acuerdo para mantener su matrimonio hasta 2020. Una renovación que lleva consigo el aumento en la ficha del central hasta los 8,5 millones por campaña más 1,5 en variables (0,5 por partido jugados y 1 millón en función de los títulos).Un montante que se acerca a los diez pedidos por el jugador.
Sin embargo, en el otro lado del triángulo “amoroso” ha quedado un Manchester United compuesto y sin novia que guarda un sentimiento de traición y utilización por parte del 4 blanco. Un malestar que puede enturbiar la negociación entre los diablos rojos y el Real Madrid por De Gea pero, eso ya será otra historia.
