En el mundo al igual que en cada país las decisiones políticas trascienden y condicionan los diferentes estamentos de la sociedad. En este sentido, el fútbol no es indiferente y cuestiones como la independencia de Cataluña del resto de España puede suponer una ruptura y regeneración del mismo.
En estos momentos existe una división de opiniones a favor y en contra de la independencia. Una situación donde el fútbol debería de tomar partido como ha afirmado el presidente de la liga de fútbol profesional, Javier Tebas, explicado que “si Cataluña se separase, teniendo en cuenta la ley del deporte vigente en España, el Barcelona y el Espanyol no podrían jugar en la liga, ya que debería producirse una modificación de la ley de acuerdo con el parlamento español”.
La normativa de fútbol en España recoge a través de una disposición adicional que sólo un estado no español puede jugar las competiciones oficiales de la nación: Andorra. Sin embargo, dicho estado tiene permitido formar parte de las mismas gracias a la tradición y la relación histórica con el país. En este sentido, si la consulta independentista resultara favorable al sí, a los equipos catalanes sólo les quedaría pedir una revisión de dicha ley del deporte para poder seguir jugando las competiciones españolas.
Tiempo atrás, el FC Barcelona consultó esta situación poniendo como ejemplo al Mónaco. Sin embargo, la respuesta que recogieron de los máximos estamentos fútbol fue que su caso es diferente ya que el club monegasco es un histórico de la liga francesa que además pertenece a una federación asociada a la UEFA y la FIFA. Además, dicho estado carece de campeonato y selección propios desde siempre.
En relación en el caso de la independencia en el fútbol, la plataforma Proseleccions Esportives Catalanes emitió un comunicado donde afirma que “el Barcelona jugará donde quiera y ya ha dicho que seguirá jugando en la liga española. Además, ¿alguien cree que la LFP dejará irse al Barça? En este sentido, si la independencia se produjese dicha plataforma aboga por las declaraciones de Javier Tebas quien afirmó que “podrían jugar la liga si hubiese un acuerdo entre Cataluña y España, aunque yo no me imagino una liga sin el Barcelona”.
La plataforma catalana concluye su comunicado de la siguiente forma: “Si el gobierno español no aceptase modificar la ley (del deporte), es fácilmente imaginable que cualquier otra liga europea quisiese contar con un club tan potente y prestigioso como el Barcelona“. Acorde a esta última declaración, el estado francés ya manifestado su negativa a aceptar a los equipos catalanes apoyando la postura española.
Por su parte, la UEFA estaría en contra de dicha integración al igual que lo ha hecho en otras situaciones como la negativa de permitir a equipos como el Celtic y el Rangers jugar en la liga inglesa o la mezcla de campeonatos belgas y holandés. En cuanto a las competiciones europeas, la duda estaría en sí los máximos organismos del fútbol en el viejo continente permitirían los estados catalanes disputar dichos torneos.
Ante esta situación toca analizar los pros y los contras de la independencia para el fútbol catalán.
En cuanto los beneficios existentes analizando la situación actual, los equipos que encontrarían positiva la independencia serían los clubes de categorías inferiores a la segunda división española. La razón no es otra de que si existiese Cataluña como país, esta situación incentivaría que los ingresos y la calidad de sus plantillas aumentarán gracias a competir en la misma competición que equipos como el Barcelona o el Espanyol. Además, si a posteriori se reconociese a Cataluña como país, tendrían su propia selección nacional donde aportar futbolistas que podrían salir de equipos de menor entidad que los dos mencionados. Para ellos, (culés y pericos) lo beneficioso estaría en ser los grandes representantes del fútbol de Cataluña en el mundo.
Por el contrario, entre los contras de la cuestión de dependencia estaría el deterioro del nivel de cotización de Barcelona y Espanyol a nivel mundial en diversos focos como los derechos de televisión, el marketing o la publicidad que afectaría directamente a las arcas de ambos clubes. Además, mantener sus actuales plantillas sería una situación prohibitiva por lo que la calidad de las mismas disminuirían de forma progresiva. En este sentido, parece mucho más factible que a largo plazo la liga española mantuviese su nivel (apoyando el incremento del mismo de equipos como el Sevilla o el Valencia) que de la catalana donde ambos clubes (Barcelona y Espanyol) serían los únicos rivales por el título temporada tras temporada.
El tema de la selección es otro punto a tener en cuenta ya que de producirse la independencia habría que analizar la situación de los jugadores. Si se utilizaran los antecedentes históricos, ellos serían los que tendrían la última palabra para decidir con quién jugar al igual que hicieron futbolistas de ex repúblicas soviéticas o la extinta Yugoslavia, tendrían la capacidad de decidir si jugar con Cataluña o con España. Otro punto a tener en cuenta es que los futbolistas nacidos en tierras catalanas podrían ser considerados comunitarios o extracomunitarios dependiendo de si la Unión Europea aceptase ha dicho territorio como país miembro de la misma.
En cuanto a la disputa de competiciones europeas, si él máximo organismo de clubes del viejo continente no apoyase a Cataluña, impidiendo que sus equipos jugasen dichos torneos, el fútbol catalán se devaluaría de forma progresiva dejándolo en un segundo plano dentro de su sociedad. Si por el contrario la UEFA apoyase su inclusión en dichos campeonatos, los gobiernos catalanes posiblemente invirtiesen dinero para potenciar dicho deporte ya que sería una forma de reivindicar el fútbol catalán.
Un amplio debate que pone de manifiesto las disyuntivas que acarrea la consulta soberanista en Cataluña para el fútbol. Un referéndum, que en caso de producirse el 9 de noviembre, decidiría el futuro de equipos históricos de la liga española. El mundo del balón aguarda con incertidumbre lo que pueda suceder en Cataluña dentro de un mes.