Para los equipos que no están acostumbrados a jugar la Champions League, esta competición puede resultar matadora. El alto grado de desgaste y exigencia al que son sometidos los clubes que la disputan puede acarrear consecuencias nefastas a final de temporada.
Las características de las plantillas en este tipo de clubes suelen ser similares: formaciones con un menor número de jugadores pero con mayor calidad que la del resto de los mortales. Este hecho unido a la carga excesiva de partidos por campaña obligan a descuidar la competición domestica a principio de temporada.
Esta concentración excesiva en la Champions League, potenciada por la ilusión de disputar dicha competición, puede derivar en el descenso como le ocurrió a Celta de Vigo temporada 2003-04) y Villarreal (temporada 2011-12). Por su parte, la Real Sociedad (temporada 2013-14) y el Málaga (temporada 2012-13) tuvieron más suerte al saber gestionar el vestuario a mitad de temporada para salvar la temporada alcanzando los puestos de Europa League, un mal menor para ambas escuadras (en el caso de los andaluces no pudieron jugar por sanción UEFA).
La gestión de la plantilla, el estado físico y mental de los jugadores así como saber controlar el estado de euforia e ilusión son las principales tareas que tiene por delante el entrenador en este tipo de equipos.
Esta temporada, el Athletic de Bilbao es el equipo de “la otra liga” que se encuentra codeándose con los grandes de Europa. En este inicio de campaña el conjunto bilbaíno, tras cinco jornadas de liga disputadas, es décimo octavo con cinco puntos. Si estuviéramos hablando de que ya ha acabado la liga, el equipo de Ernesto Valverde habría perdido la categoría.Tranquilos aún es pronto para derrotismos, sin embargo, sería bueno dar un toque de atención al grupo.
El entrenador extremeño de ascendencia vasca es un experto en dirigir equipos que compiten en Champions. Él es un gran conocedor de las diversas armas con las que cuenta un técnico para dar un giro de 360 grados a su plantilla para reconducir el rumbo.
Esta circunstancia obliga al Athletic de Bilbao a medicarse para curar su resfriado y evitar que este se convierta en enfermedad (Real Sociedad y Málaga) o muerte (Villarreal y Celta).
Todos ellos tuvieron los mismos síntomas a inicio de campaña. La situación actual y los antecedentes de sus compañeros de liga “obligan” al equipo vasco a tomar medidas para elegir cuál será su destino a final de temporada.