En el mundo del balón las principales estrellas, los principales jugadores que ocupan casi todas las portadas y los flashes de los fotógrafos suelen ser los mismos; los delanteros.
Sí, ellos son los que más camisetas venden, aquellos con los que los aficionados desean estampar la camiseta de su equipo. Además son los que se distribuyen los grandes premios y los elogios de los periodistas.
En esta especie se encuentren instalados jugadores como Cristiano Ronaldo, Lionel Messi o Luis Suárez. Si hay algo en lo que confluyen es en su olfato goleador y su instinto depredador en el área.
Además de esta característica hay otro elemento en el que muchas veces el aficionado y el experto no valoran en demasía; hablamos del jugador secundario.
El secundario es aquel jugador con el que se complementan la máxima estrella del equipo para seguir llevando a su escuadra a lo más alto. La característica principal que debe tener este jugador es que se complemente a la perfección con dicho referente.
En el caso de Cristiano Ronaldo cuenta con Benzema, Messi tiene a Neymar mientras que Luis Suárez tiene a Daniel Sturridge. Si, el jugador inglés ha sido uno de los últimos grandes aciertos de la franquicia “red” para dar un salto de calidad a su equipo.
El jugador de las islas volvió a demostrar esa capacidad de secundario perfecto, de hombre que se han asociada a la percepción a Luis Suárez como si fuese una extensión del mismo en el partido ante el Everton.
El inglés es el complemento perfecto para el jugador uruguayo dado a que ambos aman por encima de todo el fútbol ofensivo y de contragolpe. Su gran. En común tienen esa capacidad para crear ataques en velocidad que le permiten convertirse en gacelas inalcanzables por todo el frente del ataque que consiguen entrelazarse con tal facilidad de que los defensas que esperan cortar dichas incursiones acaban por perder, en la mayoría de los casos, la partida.
Sturridge se había vuelto ha asentar en el 11 como el segundo punta preferido de Brendan Rogers para hacerle la vida más fácil al uruguayo. Prueba de ello es que el jugador ha pegado un salto superable en esta temporada y media que llevan las filas del Liverpool con respecto a su rendimiento en el Chelsea londinense.
Ayer marcó dos goles aunque buscó con insistencia su hat-trick que se le ha resistido mandando un penalty a las nubes así como pecando de individualista en otra ocasión por ese instinto de depredador que busca hacer el partido perfecto.
En definitiva, Sturridge ha vuelto de nuevo al Liverpool para ser el complemento de Luis Suárez, para ser el bastón en el que se apoye el uruguayo para devolver al Liverpool a la élite inglesa y europea. Se mete de nuevo la pelea por ser “el mejor secundario de Europa”.