El PSG es uno de los favoritos para hacer algo importante este año en Europa. Con un gran abanico de futbolistas como Lavezzi, Pastore o Matuidi a los que se han unido hombres Cavani y Marquinho que se han puesto a las órdenes en el campo del lugarteniente Ibrahimovic haciendo de los franceses un equipo de estrellas temible que ya puso al Barcelona el año pasado en un aprieto y que este año de la mano de Blanc esperan alcanzar cotas mayores y, ¿por qué, no? Levantar la orejona.
Enfrente tendrá un Leverkusen que, aunque a priori es inferior, puede convertirse en un hueso duro de roer si las armas que posee el equipo de Hyppia: los contrataques y el juego a balón parado, gracias a hombres como Gonzalo Castro, Sidney Sam o su estrella, el gigantón Kiessling.
A favor del PSG está el ataque que a modo de rodillo que ejerce en Francia así como en el grupo de la fase de grupos, en su contra está el posible exceso de confianza debido a dicha superioridad. Un elemento al que se agarra alemanes como un clavo ardiendo para hacerse con la eliminatoria aunque su pase parece ser una utopía.