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Era la noche del 3 de abril de 2006. El partido que se iba a disputar veinticuatro horas después era la ida de toda una semifinal de Champions League cuando los jugadores del AC Milan se fueron a dormir. A uno de ellos le aguardaba una sorpresa de su entrenador el italiano Carlo Ancelotti. El elegido no era otro que el ocho del Milan, el auténtico “perro de presa” y hombre fuerte en la presión de los italianos; Gennaro Gatusso. Su estupor fue encontrarse toda la habitación forrada con imágenes del crack del Barcelona que tenía que marcar en el partido que no era otro que su estrella el brasileño Ronaldinho.
En aquella ocasión los milanistas no pudieron con los catalanes que se llevaron su premio con el solitario gol de Giuly dando con ello al traste la fórmula de Ancelotti. Una pócima que parecía haber cogido Massimo Allegri para por fin derrotar a los blaugranas ya que el Milan por fin consiguió con su defensa derrotar al Barcelona.
Un partido en el que el técnico italiano parece que más que emular a su homólogo italiano ha copiado a Mourinho en 2010 y Di Matteo en 2012 cuando ambos con Inter de Milan y Chelsea plantearon un partido de defensa ordenada y contraataque ante el que el Barcelona más poderoso de la historia fue un arma sin balas.
Ayer San Siro se convirtió en la tercera gran piedra de los azulgranas en Europa durante estos años y la conclusión es que fue exactamente igual a las dos ocasiones anteriores. Los rossoneri entraron al campo y conscientes de la superioridad del Barcelona con el balón se lo cedieron para esperar atrás con las líneas muy juntas y con continuas coberturas para evitar que los hombres técnicos del Barcelona pudieran recibir y hacer magia. Además con la defensa continua de los diez hombres de campo impedían las incorporaciones de los hombres de segunda línea y los laterales.
Por otra parte, el tridente atacante formado por Iniesta,Messi y Pedro al inicio al que después se sumó Alexis también facilito el trabajo de los rojinegros ya que su falta de movilidad hacia inútil el movimiento de balón de los Xavi, Cesc y cía que no encontraban huecos en la defensa milanista. En cuanto al ataque, el Milan hizo a la perfección su trabajo con contras rápidas y con pocos toques hacia los espacios que dejaba la defensa del Barcelona además de trabajar muy bien las jugadas a balón parado como el fallo de Boateng en un córner o el gol del ghanés (que no debió subir l marcador por manos de Zapata)
En conclusión, el Barcelona volvió a ver como Italia y su forma de jugar al catenaccio creada por Nereo Rocco y potenciada por Helenio Herrera ha vuelto a ser su obstáculo para ganar un partido. Un estilo que visto lo visto mata a la posiblemente forma más alagada de jugar al deporte rey.
