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Alemania entró en las semifinales. Para ello se deshizo de una Grecia que sólo le valía soñar con la heroica y luchar contra los elementos. No era su momento el estado del fútbol europeo no permite que la defensa gane al ataque o lo que es lo mismo actualmente sólo dedicarte a defender no te asegura un titulo.
Menos si te enfrentas a una selección como la alemana que cuenta con mucha calidad en todas sus líneas. Así comenzó el partido con los hombres de Low dominando y encerrando a Grecia en su área que sólo podía ser un espectador más ante el dominio de un equipo con novedades con las entradas de Reus, Schurrle y Klose arriba. Sin embargo, Ozil es la cabeza de este equipo y cuando él juega Alemania arrolla. Así estuvo toda la primera mitad provocando que los helenos se abrieran y permitieran jugadas como la que propicia el gol desde la frontal de Lahm.
En la segunda parte los teutones se confiaron y dejaron los huecos necesarios para que Grecia encontrara un hueco para empatar el partido con una contra perfecta finalizada por Samaras. Poco le duro la alegría a Grecia. Justo el tiempo en el que apareció Khedira. Un jugador cuya temporada ha sido correcta pero que su rol defensivo que realiza en el Real Madrid apaga la gran capacidad del 6 alemán.
Sami es en Alemania un jugador distinto, un jugador con libertad de movimientos y el hecho de sentirse libre provoca que saque a relucir toda su calidad. En la mannschaft es más un todo campista ingles que uno alemán aunque su s orígenes se transmiten en su juego a través de su fuerza. Un potencial físico que le permite convertirse en un hombre box to box con potencia y calidad como se vio en el segundo gol.
El apareció tras un centro que no llegó a rematar Klose y que remache el desde atrás de volea para adelantar a su equipo. Fue una combinación de lo que es en Alemania esa mezcla de centrocampista ingles y alemán llegada y potencia al servicio del equipo. A partir de ese momento Alemania dejo la especulación y se decidió a ir a por un partido que sentencio con goles de Klose y Reus para llevarse unos cuartos donde sólo permitió a Grecia maquillar un resultado con un penalti marcado por Salpingidis. Un regalo de clemencia que hizo el rey a su enemigo antes de conquistarlo y donde Khedira pasó de ser escudero para convertirse en caballero.
