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En el fútbol español, hay un momento cargado de ilusión para los equipos modestos, el sorteo de dieciseisavos de la Copa del Rey donde entran en competición los clubes de Primera División.
El cuadro de emparejamientos en dicha ronda es esperado por los clubes de menor categoría como si del sorteo de lotería del 22 de diciembre (el de Navidad) se tratase ya que, en dicha ronda, dichos equipos son emparejados con los grandes del fútbol patrio (Real Madrid, Barcelona, Atlético, Sevilla o Valencia entre otros).
Este año, el gordo de la “lotería futbolística” ha caído en Melilla, León, Zaragoza, Villanueva de la Serena y Barcelona ya que el Melilla, la Cultural Leonesa, el Ebro, el Villanovense y el Sant Andreu se las verán con Real Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Atlético de Madrid respectivamente.
Dichos emparejamientos, a doble encuentro (el primero en casa del equipo más modesto), permiten a los equipos humildes hacer caja con la que, en muchos casos, cubrir buena parte del presupuesto del curso futbolístico así como por otorgar la oportunidad única parasus aficionados de ver alguna de las grandes estrellas en su casa por un día.
Además del aliciente económico y del fenómeno fan, estos encuentros también cuentan con la ilusión en el aspecto deportivo de dejar en la cuneta a un grande (como hicieron el Alcorcón , en el denominado “Alcorconazo”, o el Real Unión de Irun .
Un sueño donde tras pasar tan dura prueba, el siguiente paso sería llegar lo mas lejos posible como hiciesen en el pasado el Zamora (que llegó a cuartos en 2006 donde cayó ante el Barcelona) o el Numancia (que cayó ante el cuadro catalán en 1996, también en cuartos, en una ronda emocionante e histórica).
Hazañas las anteriormente mencionadas que fueron superadas, por ejemplo, por el Figueres ,quien se deshizó del Barcelona en dieciseisavos, o el Mirandes (ambos equipos de Segunda B), cuyo sueño llegó hasta semifinales en 2002 y 2012 donde fueron eliminado por el Deportivo y Athletic de Bilbao respectivamente, y el Castilla (filial del Real Madrid), quien fue subcampeón en 1980 disputando la final ante el primer equipo blanco.
Hitos y sorpresas de una Copa del Rey que sucedieron en alguno de dichos duelos, como las “sorpresas” que firmaron el Alcorcón o Real Unión de Irún, con el actual formato a doble partido en dieciseisavos de final.
Un programa de juego que varió del inicial en el que los cuartos de final se jugaban en casa del modesto a partido único y que cada curso dejaba sorpresas en forma de eliminaciones como las sufridas, por ejemplo, por Real Madrid y Barcelona ante Toledo y Novelda o Gramanet respectivamente.
En definitiva, sorpresas y hazañas de una Copa del Rey que avivan el debate de si debería volverse al formato anterior o implantar el sistema usado en Inglaterra de sorteo puro desde el inicio de la competición. Hipótesis que devolverían nueva emoción al torneo pero que por el momento no es posible y, por lo tanto, sólo queda soñar que los premiados este curso con el “gordo” de la lotería del fútbol español escriban una nueva página heroica en el libro de la historia de la Copa del Rey.
