Tan sólo cinco minutos necesitó la República Checa para volver a la vida y meterse en la Eurocopa de nuevo. Tras caer goleada en la jornada inaugural ante Rusia por cuatro goles a uno los checos comenzaron el duelo ante Grecia conscientes de lo que debían hacer.
Por ello, hicieron uno de los mejores inicios de partidos que se recuerdan con dos goles en cinco minutos de sus dos mejores hombres hasta el omento, Jiracek y Pilar, este último tras un fallo de Chalkias. En este duelo, el autentico líder Rosicky esta vez si asumió su rol y lideró a los checos en la primera parte para llevarse un partido gracias a un inicio fulgurante de toque, profundidad y sobre todo velocidad para sobreponerse a un choque que defiende muy bien como es Grecia.
Con el paso de los minutos el partido fue perdiendo velocidad y se tranquilizó lo que permitió a Grecia, que en su diccionario futbolístico no existe la palabra rendición, entrar poco a poco en juego y recortar distancias en el marcador tras un fallo garrafal de Cech que no supo atrapar la pelota y que regalo a Gekas el 1 a 2. Sin embargo, los griegos no fueron capaces de culminar la hazaña y prácticamente dicen adiós a un torneo donde la Republica Checa parte con ventaja para alcanzar los cuartos ante Polonia con la que se vera las caras en el ultimo partido del grupo.
Los anfitriones empataron en el segundo partido ante una Rusia que le costó entrar en el juego como en el debut ante Chequia esta vez debió al acoso polaco que llegaba por la banda derecha formada por jugadores del Borusia de Dortmund (Piszczek y Blaszcykowski) liderados arriba por Lewndowski y asistidos por hombres como Polanski y Obraniak. Sin embargo y tras pasar el ecuador de la primera parte los rusos se fueron sintiendo más cómodos y sus atacantes, Kerhzakov, Arshavin y Dzagoev encontraban más espacios en la defensa polaca bien asistidos por Anyukov y Zhirkov. Así llegaron las mejores ocasiones de los de Advocaat que tuvieron su premio en la cabeza de una de las revelaciones del torneo Dzagoev.
Con la reanudación del choque Polonia volvió al ataque con profundad y velocidad liderados por Blaszcykowski para romper un partido que se convirtió en un correcalles que aprovechó el interior polaco para con un trallazo desde la frontal poner las tablas en un partido que tras el empate fue perdiendo intensidad y que acabo con los dos equipos firmando un empate que les deja dependiendo de si mismos en la última jornada.
El toque negativo de la jornada lo pusieron los radicales de ambos países que con sus enfrentamientos antes y después del partido empequeñecieron la fiesta del fútbol con la que empezó la segunda fase.