La novela caballeresca de Miguel de Cervantes Don Quijote de la Mancha es la obra maestra de la literatura española. Al igual que el libro del escritor de Alcalá de Henares, el mundial de conquistado por España en 2010 es el mayor logro realizado por el fútbol patrio.
Si algo tienen en común dicha obra con la gesta futbolística es el origen de sus principales protagonistas: Don Quijote de la mancha y Andrés Iniesta.
Castilla la Mancha es el lugar donde se desarrolla la trama de la obra de Cervantes y donde nació el futbolista que actualmente milita en el Barcelona. El menudo centrocampista se crió en su Albacete natal imaginando cómo derribar a los mejores defensas del mundo al igual que hacía el noble caballero con los molinos a los que consideraba gigantes.
La calidad de Iniesta le condujo al Barcelona tras haber sentado cátedra en el torneo de Brunete que disputó con el Albacete. Su entrada en la Masía le permitió crecer como futbolista donde la clave del éxito ha estado en la unión de la fantasía y la humildad.
En el equipo catalán ha conquistado ligas, Copas del Rey y Champions que le han llevado a ser considerado uno de los mejores jugadores del planeta. La clave de este éxito estuvo en ser una de las tres patas del trípode que formó con Xavi y Messi en el Barcelona de Guardiola.
Convertido en una de las estrellas del mundo del fútbol gracias a la fantasía de su fútbol, su peso en la selección ha ido aumentando paulatinamente hasta el punto de haber sido el capitán de la misma en el último encuentro frente a Macedonia. Un paso por el combinado nacional donde nunca ha dejado de crecer.
Su gol en la prórroga de la final de 2010 ante Holanda que le dio a España el Mundial permitió al jugador manchego escribir su nombre en el título de la página más importante de la historia de la selección. Él fue el caballero escogido por Vicente del bosque para ser el protagonista de su novela caballeresca.
De esta manera, la historia de Andrés Iniesta arranca en la campiña catalana donde es armado caballero por el rey Josep Guardiola. Desde allí se lanza a la aventura para liderar al ejército español en las conquistas de nuevos mundos.
Un viaje que lo lleva a la inhóspita Sudáfrica. En el país africano consigue hallar el cetro de poder del mundo tras pelear con grandes molinos alemanes, portugueses u holandeses antes de alcanzar la gloria.
En su regreso a casa, con la copa del mundo bajo el brazo, se lanza de nuevo a la batalla ante los grandes ejércitos europeos para ser el emperador del continente. Tras su victoria y ya sentado sobre el cetro del mundo y de Europa, recibe algunos de los más grandes elogios en forma de trofeos como el balón de bronce de 2012 o su elección como mejor jugador de Europa de ese año.
Distinciones que, tras salir de su Albacete natal, lo convierten en uno de los caballeros más valorados de la historia del fútbol. Unos logros en el campo de batalla que le han permitido ocupar este año un puesto en la sala de la gloria de la corte de Alberto de Mónaco. La concesión del Golden Foot 2014 (que ya lograron años atrás futbolistas como Giggs o Drogba) permite al caballero manchego seguir acumulando riquezas en su camino al Olimpo del fútbol.