El equipo catalán ganó (1-0) al Hapoel Nicosia mientras que el PSG se dejó empatar en Amsterdam (1-1)
Había que ganar y la obligación se cumplió. En el inicio de la competición europea el Barcelona consiguió vencer (1-0) al Hapoel Nicosia en un partido donde lo positivo fue sumar los tres puntos ya que el resultado no refleja el pensamiento de la afición al comienzo y ante un rival tan débil al que esperaban golear.
Aun así, la idea del técnico asturiano no era la de ir a certificar el resultado con una goleada, sino que, desde su laboratorio de pruebas el científico Luis Enrique comenzó a mezclar todos los elementos que tiene en su vestuario para buscar la fórmula del éxito. Así, introdujo hasta nueve nuevos jugadores en el once inicial con respecto al presentado en liga frente a la Athletic de Bilbao. El director de orquesta del Barcelona ha introducido cambios en todas las líneas donde sólo han repetido Messiy Munir. Tantas han sido las novedades introducidas que se ha estrenado con el equipo otro canterano como Sergi Samper en el centro del campo.
Este experimento no le ha salido totalmente rentable a Luis Enrique ya que a pesar de ganar el partido el preparador asturiano no ha visto al Barcelona que quiere. Como manifestó tras el encuentro este es un momento para hacer cambios y probar todas las teclas de la plantilla para dar con el once ideal.
Ante el Hapoel al equipo se le han visto carencias similares a las de la temporada pasada donde la lentitud a la hora de abrir el campo en los embotellamientos rivales vuelve a ser uno de los puntos a corregir. Aun así, Luis Enrique ha afirmado que en función del partido, el rival y las circunstancias ira moldeando el equipo a lo largo de la temporada.
Habrá rotaciones para dar refrescó al equipo titular (cuando se forme) que se enfrente a los grandes de España y de Europa. Equipos de peso como el París Saint Germain que antes del enfrentamiento entre ambos le cede una cierta ventaja al haber dejado escapar dos puntos en su visita a Ámsterdam.
El equipo francés empató (1-1) ante el Ajax en un choque donde jugó a medio gas y donde se vio que la predisposición de Ibrahimovic en el campo contagia al resto del equipo. Así, ante un débil conjunto holandés, que dio muchas facilidades en defensa, el equipo pudo haber sentenciado el encuentro incluso en la primera mitad tras el gol de Cavani.
Sin embargo, el equipo parece creerse esa sensación de superioridad que provocó que, tras creerse esa situación, se tomaron con calma el hecho de sentenciar. Un error que aprovechó el equipo holandés para, con lo poco que creó, empatar el encuentro a balón parado tras un regalo al colocar la barrera el portero Sirigu. Tal fue la parsimonia gala que otra jugada a balón parado pudo haberse convertido en derrota.
Así las cosas, el Barcelona llegará con ventaja al duelo de la segunda jornada donde los parisinos deben corregir las sensaciones que tiene el equipo sino quiere llevarse un serio correctivo por parte de los catalanes.