La segunda jornada del grupo B comenzó ayer con una premisa clara ganar para evitar el fracaso. Esta era la misión que tenían Portugal y Holanda antes de sus partidos pero tras el final de ambos los dos equipos se convirtieron en la cara y la cruz de la suerte.<br>
Holanda se las veía con la favorita a llevarse el primer puesto Alemania que no dio opciones al combinado tulipán y los dejo a punto de morir ahogados sin ver la orilla. El partido comenzó con una Holanda que quería cumplir su objetivo pero sus fallos estaban en lo táctico la dependencia de Snjeider para crear poco ayudado por dos medios destructores como Van Bommel y De Jong escenificaron la ruptura entre el ataque y una defensa que cada vez se parece más a un bote que se hunde por la gran cantidad de agujeros que tiene.
Esto lo aprovechó Alemania para con su nuevo estilo poner en esa línea de ruptura imaginaria su maquinaria de creación liderada por Ozil y Schweinsteiger que sirvieron de balones a su nuevo diamante goleador Mario Gómez para dejar casi finiquitado el choque en treinta minutos ante un combinado Orange falto de ideas futbolísticas.
En el segundo tiempo, Snjeider se convirtió en el líder que tirara del equipo holandés pero sólo encontró el apoyo de un Van Persie consciente de que este puede ser su último torneo como delantero de referencia. Sin embargo el resto del equipo liderados por Robben, que parece seguir pensando en la final de Champions, remaron hacia el lado contrario y a pesar del gol de Van Persie certificar que no sólo fueron la cruz en la segunda jornada sino de la Eurocopa.
La cara la vio Portugal en los últimos instantes de un choque en el que Varela tuvo que hacer el papel de Cristiano para salvar a su equipo que gracias a su gol ve más cerca la tierra firme. El capitán de los lusos fue ayer un reflejo de lo que es con su selección; una estrella que lucha contra los elementos por entrar en el firmamento como se vio en sus fallos de cara a puerta y en su juego individualista.
Un partido que tuvo que salvar Pepe, el que parece ser realmente el líder del equipo en la sombra y Helder Postiga pero Bendtner provocó que Portugal tuviera que luchar contra el reloj para lograr la victoria tirando de épica y que el “muerto” vuelva a la vida para soñar con estar entre las ocho elegidas.