Tras el recital de ayer de España ante Serbia donde los chicos de Orenga ganaron 90-60 dando una auténtica lección de baloncesto, de cómo hacer bien las cosas y, en definitiva, de como se hace un partido perfecto. El combinado nacional accedió a las semifinales del torneo donde se verá las caras con el país vecino, la Francia de Tony Parker.
El partido de cuartos sirvió para tener un punto o quizás dos más de confianza de cara al decisivo partido para meterse en la gran final. La exhibición de hombres como Rudy Fernández, Ricky Rubio, Marc Gasol y sobre todo Sergio Rodríguez parece que no se añora el pasado. Con ello, si para el aficionado al baloncesto o para el aficionado en general este fue el primer partido que le dio el combinado que dirige Orenga en este campeonato, tendría la impresión de que España no echa de menos a las grandes estrellas del pasado, a los Gasol, Navarro o Felipe Reyes. Sin embargo, la realidad es bien distinta ya que el partido de ayer sorprendió a todos los aficionados al baloncesto tras haber visto dos fases de grupos donde España nos había dejado con muchas dudas.
Derrotas contra combinados como el de Grecia donde el gran trabajo de los hombres interiores del combinado heleno como Bourusis así como la gran amenaza exterior griega; Vasilis Spanoulis que con 20 puntos lideró dicha victoria, o> el último partido de la segunda fase antes de la ronda del KO donde la roja pereció ante una Italia liderada por Bellinelli en la que no estaban estrellas de la NBA como Gallinari o Bargnani. En el encuentro contra los transalpinos, España fue un equipo que no encontró sensaciones ya que en el tercer cuarto y cuando todo estaba muy parejo, los de Orenga consiguieron irse hasta los 15 puntos de ventaja elemento que perdieron hasta llegar a empatar al final del º4 cuarto para después perecer en la prórroga con una gran actuación de un inesperado como Alessandro Gentile.
Así pues, a pesar de la figura de Marc Gasol, el equipo ha llegado ha dicho campeonato con la plantilla B o el conjunto reserva a las grandes estrellas que han hecho mermar el rendimiento tanto defensivo como ofensivo de los españoles. Pero no sólo nuestro país ha sido el único que no llevado grandes figuras ya que el campeonato de Europa siga perdiendo cada día más prestigio debido a que las estrellas del mundo del baloncesto duro pero, aquellas que juegan en la mejor liga del mundo; la NBA deciden de antemano no acudir al torneo de selecciones europeas, reservándose para mayores citas con unos juegos olímpicos o un mundial. Si Pau Gasol o Juan Carlos Navarro no han acudido tampoco lo han hecho hombres como el último MVP de la NBA, el alemán Dirk Nowitzki así como el gran peso de nuestro próximo del rival para acceder a la final, Francia al que le faltan hombres importantes en el juego interior como Joaquín Noah o Kevin Seraphin.
En definitiva, muchas dudas, plantillas con menos calidad que en ediciones anteriores, a ausencia de las grandes estrellas, poco peso del torneo en comparación con el resto de campeonatos importantes dentro del mundo del baloncesto a nivel de selección entre otras razones.
Todos estos elementos conforman una coctelera de ingredientes que convierten al europeo del baloncesto en un torneo menor, en un torneo descafeinado donde no es oro todo lo que reluce.