Igual que en una película previsible donde el protagonista empieza persiguiendo un sueño, tiene dificultades por el camino y acaba logrando su objetivo, Portugal consiguió meterse en semifinales.
>
Los lusos eran los favoritos antes de empezar el primer partido de cuartos para estar entre las cuatro mejores de Europa y no fallaron. No fueron sorprendidos ni el equipo ni Cristiano Ronaldo conscientes de lo que se jugaban ante una Chequia que sólo aspiraba a dar la sorpresa como ya lo había echo en la primera fase.
Sin Rosicky desterrado por su lesión para la batalla los checos se agarraron a sus dos mejores hombres para hacerse con el partido, Pilar y Jiracek secundados por Cech en la portería. Sin embargo, el cansancio acumulado tras la fase de grupos potenció que sus ideas en ataque fueron cada vez menores y sus intentos por superar la muralla portuguesa se vieron reducidos a cenizas por el general del ejercito de Cristiano, Pepe.
Portugal no sintió la fatiga ante una Republica Checa sin mordiente y se decidió por atacar intermitentemente por su falta de timón en el medio centro como transmitió su juego. Un fútbol que pasa por Cristiano y que ayer fue él quien asumió los mandos para hacerse con los dominios de Cech y conquistar el partido. El 7 portugués lo intento de todas las formas posibles con sus faltas envenenadas, con el pie y hasta con remates espectaculares como el que hizo al realizarse un auto sombrero y mandar el balón al poste.
Cuando todo parecía que la película iba a tener otro destino debido diferente a que el balón besara las redes, cristiano se sentó en la silla del director para dar por terminada la obra cuyo fin a priori ya se conocía.
Como en un film en la que el chico acaba con la chica Ronaldo acabó con su amada, el gol que metió a su selección entre las cuatro mejores del torneo y allanan el camino dorado del 7 luso hacia su balón; el de oro.