El noruego Ole Gunnar Sloskjaer fue un delantero que pasó a la historia por ser un secundario de lujo, sobre todo en el Manchester United, capaz de revolucionar los encuentros con su incidencia en el juego del equipo.
La capacidad para voltear resultados del conocido como “asesino con cara de niño” fue tal que otorgó hasta una Copa de Europa para los Red Devils, la del año 1999 ante el Bayern Munich cuando el conjunto inglés volteó el triunfo teutón con dos goles (uno de Solskjaer) en los últimos minutos.
El éxito deportivo del sempiterno “20” del United le llevó a consagrarse como uno de los mejores futbolistas de una Noruega donde triunfaba, como técnico al frente del Molde, antes de recibir la llamada de auxilio del equipo inglés el pasado mes de diciembre.
El Molde le abrió la puerta de salida, vía cesión hasta final de temporada, para que voltease la situación de un equipo inglés que esperaba dramáticamente cualquier avistamiento de auxilio ante el naufragio que había iniciado el capitán José Mourinho con su equipo encaminado hacia una mediocridad (lejos de los objetivos iniciales) permanente. Sloskjaer debía volver a ponerse el traje de revolucionario red.
En su regreso a su amado United, el noruego inició la transición post Mourinho recuperando para la causa a la gran estrella del equipo, Paul Pogba, enviado al ostracismo por el técnico luso. Bajo el tutelaje del técnico noruego, el francés volvió a posicionarse como volante-media punta con libertad de movimientos y llegada al área (resguardado en la línea de tres centrocampistas por Matic y Herrera o Fred) con los que esta firmando uno de sus cursos más anotadores y determinantes,en el plano ofensivo, de su carrera.
Además, en esta revolución red ideada por Sloskjaer desde el banquillo, el noruego ha dotado de mayor verticalidad el ataque con la colocación de la rápida y joven perla inglesa Rasfhord como 9 del equipo. En esa punta de lanza del United, el “10” red está acompañado por hombres rápidos como Martial, Lingard o Alexis siendo ahora Lukaku su suplente de lujo.
En estos cambios que han traído consigo un nuevo United efectivo y ganador (ha cosechado 10 victorias y un empate en 11 encuentros, números similares a Mourinho con la mitad de partidos disputados) también se ha variado la defensa otorgando Solskjaer el eje de la misma al central sueco Lindelof y al costamarfileño Bailly.
Unas variaciones que también han conllevado una rotación más constante del plantel y un estilo de juego basado en el control de balón y un ataque incisivo y rápido que ha vuelto a colocar al Manchester United en una cuarta plaza impensable con Mourinho al frente.
De esta forma, el espíritu del “revolucionario y efectivo” Solskjaer futbolista se ha trasladado a su pizarra como técnico generando un volteo del rumbo de los Red Devils que, a priori, finalizará este curso con el más que segura atraque en un puerto europeo (veremos si a un puerto de primera (Champions) o de segunda (Europa League) categoría) del trasatlántico inglés.
En definitiva, el “asesino con cara de niño” sigue siendo un revolucionario tanto dentro como fuera del césped, sigue siendo un hombre de fútbol capaz de voltear dramáticos naufragios que, como en una novela, se encaminan hacia un final feliz.