Faltan ocho segundos para el final del partido. El Real Madrid acaba de ver cómo el Barcelona le da la vuelta al duelo por el título en el peor momento, tras haber tenido prácticamente el partido en la mano con dos minutos por jugarse cuando lideraba el choque por un resultado de 64-71. De esta forma llegaba a los ocho segundos decisivos un punto abajo cuando el electrónico marcaba un 76-75 para los azulgranas.
La magia de los sueños, aquella que se ha reflejado muchas veces en el mundo del deporte estaba presente en el Martín Carpena de Málaga. Estaba en la bola que Sergio Rodríguez subió en el último ataque de su equipo. Llegó a la bombilla y fue cuando todo sucedió, cuando los corazones de las acciones de ambos equipos se encogieron esperando ver qué pasaba.
Un final agónico que sirve de simbología para lo que ocurrió en dicho partido. Un choque de sentimientos, de rivalidades enfrentadas, de la lucha por derrotar al gran enemigo, del baloncesto del pasado (Barcelona) con el del presente (Real Madrid), un choque de pizarras que enfrentaba a Pablo Laso y a Xavi Pascual. En definitiva, el enfrentamiento de los dos mejores equipos del viejo continente con el permiso de equipos como el CSKA de Moscú o el Olympiakos.
El partido fue una rivalidad entre jugadores del ayer y del hoy. Como Navarro y Rudy, como Mirotic u Oleson. Un enfrentamiento en el que hubo una constante alternancia en el marcador con pequeñas ventajas para los dos equipos, con muchos cambio de timón en el juego.
El final de la película ya lo sabemos pero todo se generó con una falta en ataque de Felipe Reyes al acoger un rebote. Dorsey falló los tiros libres pero el rechace lo cogió el Barcelona y Oleson apretó el marcador con un triple. El Madrid perdió un balón en el siguiente ataque y Bourousis puso más leña al fuego con una falta de la que Oleson sacó un 2+1 para fijar el (76-75) para los catalanes. Muchas cosas en menos de dos minutos, mucha emoción en un pequeño espacio, en una cancha donde se estaban quemando las opciones por ser el equipo con mayor gloria copera.
Finalmente y como hemos comentado la canasta de Sergio LLul (76-77) fue la explosión de la bomba de relojería convirtiéndose en el estallido de la fiesta blanca, el primer título del año del posiblemente mejor Madrid de la historia. Un equipo cimentado en hombres como los “Sergios”, Rudy Fernández o Mirotic (MVP de la copa del Rey). Los de Laso han empezado su fiesta particular tomándose la primera copa (la número 24 en su palmares, siendo el que más tiene tras dicho triunfo) de lo que parece que será una larga fiesta.