Parecía una oferta más. El interés y la propuesta del Oporto se preveían como un nuevo rumor sobre la salida de Iker Casillas del Real Madrid pero, esta vez, todo era distinto.
El llamamiento del club portugués vía Lopetegui despertó un interés real en el capitán blanco. Una posibilidad para el adiós definitivo del Real Madrid que empezaba a gustar al canterano blanco por diversas razones.
El regreso al status de estrella indiscutible, el fin de los “odiados” pitos, el seguir compitiendo máximo nivel, el jugar la Champions o la vuelta a la tranquilidad tras cuatro años en el ojo del huracán han convertido la opción portuguesa en un oasis para que Casillas viva la recta final de su exitosa carrera deportiva.
El adiós de otra leyenda blanca (como ya ocurrió con Raúl, Del Bosque o Hierro) vuelve a dejar en el aire, aunque esta vez con menos intensidad por las facilidades dadas desde el club, la falta de tacto de la directiva en el adios de los emblemas futbolísticos del Real Madrid.
El acuerdo económico y el homenaje al capitán son los elementos positivos de un adiós marcado por el arrinconamiento deportivo del mostoleño. La contratación en los últimos años de competidores como Diego López, Keylor Navas o, presumiblemente, David de Gea ha ido erosionando el status del capitán en el organigrama deportivo.
Un adiós donde Mourinho ejerció de primer pilar del mismo. El enfrentamiento entre ambos dividió al madridismo y dejo a Casillas como responsable de la salida del portugués del club al ser considerado “el topo” que filtraba la situación del vestuario a la prensa. Una guerra que dolió especialmente a un Florentino Pérez dado que el fichaje del luso fue una apuesta personal suya.
Sea como fuere, lo cierto es que ambos están fuera del club blanco y alcanzan un elemento común: los dos encontraron su oasis.
Si Mourinho encontró su remanso de paz en “su” Chelsea, Iker ha apostado por el Oporto (curiosamente el club que lanzó a la fama al luso). Un nuevo paraíso en el que, al igual que la ciudad portuguesa ve como el Duero muere en el Atlántico, Casillas se asentará para disfrutar de sus últimos años de futbol antes de cerrar su dorada carrera deportiva.