Tras una temporada que se podría tildar de fracaso, el Barcelona necesitaba un cambio ya que internamente era un secreto a voces que el final del ciclo de éxito ha finalizado y, eran conscientes de que se necesitaba un giro en la estrategia para volver a la senda del triunfo.
La salida del club del modelo Guardiola finalizó con el triste adiós de Tito Vilanova que resultó tan dramático que los dirigentes no supieron canalizar dicho cambio.
El paso de Gerardo el “Tata” Martino por can Barça será recordado como una transición necesaria para la regeneración. El estilo de juego con el nuevo entrenador se debe mantener ya que el Barcelona quiere ganar apostando por un tipo de fútbol que lo ha convertido en un referente histórico.
Luis Enrique aporta esos valores y esa filosofía de fútbol. Sin embargo, más allá de que su visión del juego este acorde con la idea del club lo que intenta generar el equipo catalán es el modelo desarrollado por el Atlético de Madrid en la figura del Cholo Simeone: la conexión con la grada.
El éxito alcanzado por el técnico argentino en la ribera del Manzanares es la idea que se percibe en la siguiente apuesta de modelo deportivo del Barcelona.
Las similitudes entre Simeone y Luis Enrique son muchas tanto en la faceta de jugador como en la de entrenador. Como futbolistas ambos se caracterizaron por, aparte de su calidad como integrantes de la plantilla, transmitir al equipo y a la afición valores como el compromiso y trabajo para lograr el éxito que unidos a su carisma y liderazgo les permitieron convertirse en modelos para la afición en la lucha contra el enemigo común: el Real Madrid.
En su etapa como entrenadores los dos saben mantener este feeling con la afición y lo más importante, con la plantilla. Prueba de ello es que la defensa este Atlético campeón formada por Juanfran, Filipe, Miranda y Godín es la misma que fue eliminada por el Albacete en Copa del Rey en la etapa final de Gregorio Manzano antes de la llegada del argentino.
En esos momentos, estos jugadores eran señalados por su falta de calidad y ahora son adorados por encontrarse en el lado opuesto. La razón: Simeone.
Él ha devuelto al “pupas” a la senda del triunfo, a competir con los grandes, pero sobre todo, a ganar. Para ello no ha necesitado grandes inversiones en fichajes. No, el entró en un vestuario hundido y lo hizo renacer, lo hizo creer en sí mismos, en que eran los mejores y a través de su aura personal y carisma diseño la estrategia hacia el éxito.
El ejemplo está claro. Ahora es Luis Enrique tras haber triunfado en el Celta llega a su Barcelona con la tesis de Simeone bajo el brazo. Él ya consiguió ganarse a jóvenes como Rafinha o Fontas, ahora le toca afrontar el levantar un vestuario hundido donde los futbolistas no son promesas, es la elite del futbol donde jugadores como Messi, Neymar, Iniesta o Xavi. Él tiene la idea, los resultados serán los que dicten sentencia.