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El 1 de septiembre de 2002 debutaba en Primera División un portero que en su juventud había sufrido la depresión de no disfrutar con su puesto. Ese día se ponía por primera vez en la liga los guantes de portero titular del Barcelona un imberbe Víctor Valdés.
Sin embargo, el meta ya había conocido lo que era defender la porteria del club catalán quince días antes en la previa de la Champions ante el Legia de Varsovia. Un debut que llegó gracias a un entrenador que marcaría su carrera deportiva, un inicio de su trayectoria profesional que llegó de la mano de Louis Van Gaal.
El técnico holandés decidió darle la titularidad, contra pronóstico, al entonces tercer portero del equipo tras Bonano y Enke. Un puesto de peso que Valdés se había ganado en los entrenamientos y que mantuvo durante las primeras seis jornadas antes de ceder su sitio en Liga a Roberto Bonano para convertirse en el portero de la Champions durante la fase grupos.
Cuando la luna de miel del matrimonio entre el catalán y el holandés finalizo, todo cambió. El hombre que lo había llevado a los altares rompía con él para apartarlo del equipo y obligarlo a volver al filial antes de querer echarlo del equipo, hecho que no sucedió por la intervención del entonces presidente Joan Gaspart.
La ruptura marcó el destino de ambos ya que cuando el técnico abandonó la casa blaugrana a mitad de campaña renació la carrera del meta. Primero con Serra Ferra, después con Rikjaard y finalmente con Guardiola se convirtió en una leyenda de la portería del Barcelona a la altura de mitos como Ramallets o Zubizarreta al que igualó como portero con más trofeos Zamora de la historia con cinco.
Con el paso del tiempo y cuando se “cansó” de la presión que ejercía el Barcelona, curiosidades del destino, apareció de nuevo en su vida Louis Van Gaal. El catalán y el holandés volvieron a contraer matrimonio esta vez en Manchester donde Valdés volvió a ilusionarse con la portería.
En esta ocasión y, al contrario de lo ocurrido en Barcelona, el portero aceptó de buen grado volver al ritmo de competición en el filial para acabar la temporada como sustituto principal de David De Gea.
Sin embargo, cuando parecía que llegaba su momento con la más que probable salida del portero de Illescas, todo volvió a romperse. El enfrentamiento entre ambos volvió a estallar tras decidir el holandés que debía regresar al filial y quedaba fuera de la gira veraniega del equipo. Una decisión que ha vuelto a abrirle la puerta de una salida que se producirá este verano y que pondrá fin, de una vez por todas, al amor imposible entre Víctor Valdés y Louis Van Gaal.
