¿Vía libre hasta cuartos de final?

El Borussia Dortmund se la jugaba en el último partido de la fase de grupos y cuando todo parecía que iba a irse a la Europa League apareció Groskreutz para darles la victoria en los minutos finales en Marsella y meterlos en los octavos de final de la competición teniendo la suerte de cara para acabar como primero de grupo.

Una suerte que le ha acompañado en el sorteo ya que ha sido emparejado con el Zenit, una de las “gangas” del bombo dos, que no atraviesa su mejor momento como se vio en la goleada encajada ante el débil Austria de Viena en la última jornada de la fase de grupos. Por ello su única baza es el frío ruso para deshacerse de los alemanes.

Pero, si profundizamos en el análisis de ambos equipos vemos los grandes contrastes existentes entre ellos. Así, el equipo de Klopp debe volver a centrarse en las ampliemos tras haber perdido prácticamente la liga donde ya están a 12 puntos del Bayer de Munich. Las lesiones han dejado sin opciones al equipo del Rhur ya que la línea defensiva titular lleva prácticamente lesionará todo lo que es se lleva disputado de temporada así como su “cerebro” Gundogan. Esta circunstancia ha mermado el 11 de un Klopp que ha sabido encajar los fichajes dentro del bloque como son Aubameyang y Mkhitaryan. Con ellos el Dortmund es un equipo más temible a la contra donde aprovechan su velocidad así como la de Reus y la versatilidad de Levandowski. br>
Además, cuando llegue febrero ya habrá recuperado a los lesionados salvo Subotic con lo que aumenta sus opciones de estar en cuartos de final. br>
Muchos elementos a favor para el dolor un a los que se suma la fragilidad defensiva del Zenit. El conjunto ruso ya perdido el crédito para ser importante en Europa debido a que su técnico Spalleti no acierta a dar con la tecla para hacer es jugar a un equipo que, a día de hoy, no pasa de ser un puñado de buenos jugadores entre los que destacan Hulk y Witsel por los que se pagaron más de 80 millones de euros hace varias temporadas. Buenos jugadores que no juegan como un bloque y que se convierten en elementos que añadidos al potencial del dolor un haciendo del pase del conjunto ruso una ilusión.