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Como si se hubiese metido en una lavadora para blanquear las manchas de barro futbolístico de su traje balompédico. El Real Madrid ha cambiado su imagen con la llegada de un Santiago Hernán Solari quien, tras un periodo de adaptación, ha devuelto al conjunto madrileño a la senda de grandeza potenciada por unos cambios de cromos en el once titular encabezados por Vinícius Junior.
El impacto del brasileño en el juego gana cada día más reconocimiento como, por ejemplo, tras el reciente partido del Real Madrid frente al Ajax en el Johan Cruyff Stadium, resaltó el entrenador del equipo holandés Erik Ten Hag quien afirmó que “lo tiene todo para ser una gran estrella”.
Las declaraciones de Ten Hag se producían después del gran partido firmado por el brasileño quien había brillado con sus incursiones por banda izquierda, su apoyo a Reguilón en las labores defensivas y, sobre todo, por su asistencia a Benzema (su principal socio en el campo) después de una gran jugada personal donde “rompió” a la defensa rival.
El gran partido firmado por Vinícius sigue reafirmando el gran momento de forma que vive desde su instalación en el once titular de la mano de un Solari puesto a sus pies desde su breve paso por el filial (con el que prácticamente al primer equipo).
Sin embargo, Vinícius Junior no sólo ha destacado como pieza novedosa en el ataque del Real Madrid, el jugador brasileño se ha convertido en la imagen del “blanqueado futbolístico” de Solari en el club blanco que ha traído consigo el sacrificio de “vacas sagradas” en horas bajas por jóvenes cargados de ambición.
En esta limpieza del técnico argentino destaca la sustitución de hombres como Marcelo, Bale o el defenestrado Isco (que han pasado a engordar habitualmente el banquillo e incluso la grada) por imberbes talentos como Reguilón o Vinícius y secundarios “canteranos” como Lucas Vázquez.
Dicha revolución, sustentada por un peso principal y, cada vez mayor, de los canteranos, ha llevado al Madrid a recuperar sensaciones y resultados para luchar de igual a igual con los clubes más poderosos (como evidenciaron los triunfos ante Sevilla y Atlético en Liga o el empate ante el Barcelona en la Copa del Rey).
Un cambio radical que se producido en apenas un mes (desde la derrota ante la Real Sociedad el Día de Reyes donde Vinicius se revindico como titular) donde los blancos han firmado nueve triunfos, un empate y una derrota (ante el Leganés por la mínima en Copa que no impidió al Real Madrid pasar de ronda).
Además, ligado al cambio propiciado por “los Vinícius” que han supuso una oleada de aire fresco para el equipo, también ha llegado la recuperación futbolística de pesos pesados como Modric y, sobre todo, Benzema que han recuperado su imagen de “gallos” del corral blanco rindiendo como en sus mejores días.
En definitiva, Solari ha “blanqueado” un Real Madrid que vuelve a considerarse un trasatlántico futbolístico, ha abierto la veda para la desdramatización de la evidente necesidad de renovar la plantilla y, aunque a priori sólo la llegada de los títulos garantizarían su continuidad, ha puesto sobre el tablero del Bernabéu algunas de las piezas del futuro encabezadas, como no, por Vinícius Junior.
