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El esfuerzo y la implicación en el juego han sido cualidades que han sido apreciadas por los aficionados al fútbol desde el nacimiento de este deporte. De esta forma, a lo largo de la historia los seguidores de cada equipo del mundo recuerdan futbolistas con especial cariño por su incansable trabajo en pos de beneficio común. Esta situación ha hecho que los jugadores de gran talento que poseen un carácter apático, en muchas ocasiones, con la grada hayan estado permanentemente ubicados bajo los focos mediáticos tanto de los aficionados como de la prensa que han medido con lupa cada una de sus actuaciones.
Dentro de este tipo de futbolistas se encuentra el delantero francés del Real Madrid Karim Benzema. El jugador galo es uno de los grandes talentos del fútbol actual que poseen un carácter apático, una circunstancia que en muchas ocasiones lo ha convertido en un habitual en los debates futboleros.
Benzema es un jugador que desde su nacimiento futbolístico se vislumbraba en él un talento innato para triunfar en el deporte rey. Sin embargo, ligada a esa cualidad estaba su personalidad apática e introvertida que recuerda a la de otro de sus compatriotas, Nicolás Anelka. Ambos futbolistas han sido capaces de ocupar portadas tanto por sus geniales actuaciones dentro del terreno de juego como por su nula implicación en el desarrollo del mismo. Un rendimiento en el campo que nos muestra a dos jugadores “bipolares” ya que en ellos siempre ha estado presente la duda de si en el siguiente partido iba a ofrecer una versión u otra.
Centrándonos en el caso de Karim Benzema, el delantero francés llegó al Real Madrid tras haber enamorado, futbolísticamente hablando, a Florentino Pérez que apostó años atrás por su fichaje para el conjunto madrileño. Una llegada al club de Concha Espina donde, desde el primer momento, el galo mostró el talento que había cautivado al máximo mandatario merengue aunque también su personalidad apática que propició que la relación de amor con la grada blanca fuese similar al trayecto de una montaña rusa.
En este último caso, cabe mencionar que el jugador francés es un delantero atípico ya que nunca ha sido un gran goleador debido en parte a que, como él mismo ha afirmado en múltiples ocasiones, se trata de un 9 al que le gusta asociarse con sus compañeros para los que genera espacios, crea fútbol y también da asistencias. Cualidades muy apreciadas por los aficionados que, sin embargo, siempre le achacan la falta de números en la principal función de un hombre de referencia del ataque, marcar goles.
Así las cosas, en la reciente victoria por 3-1 frente al Nápoles en la Champions League, Karim Benzema (señalado a lo largo de la temporada por su bajo rendimiento) volvió a ser el jugador que enamoró a Florentino Pérez por su talento y que cautiva a la grada por su implicación. Unas cualidades que ha mostrado en contadas ocasiones de forma conjunta y que cuando ambas se juntan, como en el triunfo ante el conjunto italiano donde marcó el gol del empate y lideró la remontada blanca, lo convierten en uno de los jugadores referentes del conjunto merengue. En dicho encuentro, su carrera hasta el centro del campo tras marcar el gol del empate, a pesar de que era sólo el minuto 18 de partido, en busca de una rápida remontada hace pensar que el Benzema talentoso e implicado es posible.
Por lo tanto, sólo a través de la apatía del jugador francés se puede explicar que este permanentemente bajo los focos del debate futbolístico. Esa es la única razón para poder entender que un jugador dotado de magia sólo la muestre en contadas ocasiones. Una situación que, si no varía como así se prevé, lo convertirá para siempre en otro de los grandes futbolistas que han pasado por el Real Madrid que solamente quedará en el recuerdo en contadas ocasiones al igual que sus actuaciones en el fútbol actual.
