Las letales armas del PSG

El PSG tenía en el choque de Champions League ante el Bayern Munich una oportunidad única para mostrar su nivel actual, una ocasión para dar a conocer el potencial de su armamento futbolístico con el que aspira a dominar Francia y Europa esta temporada.

Dicha situación de enseñar su “ejercito” ante uno de los colosos del viejo continente era esperada por todo el planeta fútbol debido a que el conjunto parisino asalto el pasado mercado estival con el objetivo de reforzar sus tropas con grandes guerreros del mundo del balompié.

De esta forma, el equipo de la capital de la luz creo un terremoto en el mercado incorporando a sus filas a una estrella consagrada como Neymar y a un aspirante a serla en el futuro como Mbappé, un joven talento que en pocas batallas se ha colado en la elite futbolística.

Además de Neymar y Mbappé, el PSG se hizo con un veterano curtido en todas las guerras de primer orden del planeta fútbol como Dani Alves, uno de los mejores laterales derechos de la historia que apura sus últimos días en el campo de batalla.

Dejando a un lado las incorporaciones de uno de los ejércitos más temidos del panorama futbolístico y centrándonos en la actualidad, el choque de Champions ante el Bayern era para los parisinos una oportunidad para mostrar el nivel de dicha formación y el conjunto galo no defraudó a aficionados y critica al imponerse por un claro 3-0.

En el triunfo ante el gigante alemán fue clave la aportación de su tridente ofensivo formado por Neymar, Mbappé y Cavani: la MNC. Una tripleta atacante que es ya una de las más temidas en el mundo del fútbol a la altura de otras como la BBC (Bale, Benzema y Cristiano Ronaldo) del Real Madrid o la nueva DSM (Dembélé, Suarez y Messi) del Barcelona creada tras la marcha de Neymar a París.

Sin embargo, la MNC no sólo se sitúa a la altura de los mejores tríos ofensivos del momento, sino que también se ubica en un escalón similar a los grandes tridentes de la historia como la Santísima Trinidad del Manchester United (Best, Law y Charlton), la tripleta del Real Madrid de los cincuenta formada por Di Stefano, Puskas y Gento o la del Ajax de los setenta que conformaban Cruyff, Rep y Keizer dentro del “fútbol total”.

Además, el duelo ante el Bayern se presentaba para los parisinos como una oportunidad única para escenificar la “paz” entre Neymar y Cavani tras las disputas generadas por ambos en lo referente a la responsabilidad del juego a balón parado (lanzamiento de faltas y penaltis). Una tarea que este curso recae finalmente, al igual que la temporada pasada, en el uruguayo y que durante el partido se pudo observar como la polémica esta zanjada y que las aguas vuelven a su cauce tras el abrazo del brasileño y el charrúa.

Por otra parte, centrándonos en el apartado táctico el choque ante el cuadro muniqués reflejó fielmente que al PSG le gusta jugar en defensa, y se siente cómodo, esperando agazapado atrás (con dos líneas defensivas ubicadas en la media luna del área parisina) para salir a la contra con dos o tres hombres adelantados (Neymar, Mbappé y Cavani). Una forma de escenificar el apartado táctico de Unai Emery que mató al Bayern.

Acerca de este sistema de juego y poniendo la lupa en el contragolpe parisino, los mediocentros Rabiot y Verratti son los encargados de lanzar las contras desde la media escoltados por Motta que ejerce de ancla en la medular. Un despliegue con el balón en ataque que es aprovechado por la NMC gracias a la velocidad endiablada de todos sus miembros quienes están apoyados en los costados por los laterales Alves y Kurzawa que llegan desde atrás.

En este sentido, dicha forma de juego ha llevado en este inicio de campaña al cuadro parisino a ser un férreo líder de la Ligue 1 francesa con 18 puntos en 7 encuentros y a comandar el grupo B de la Champions League con 6 puntos tras vencer con rotundidad al Bayern por 3-0 y al Celtic por 5-0 en la primera jornada.

Así las cosas, tras un buen arranque tanto en Francia como en el viejo continente con “exámenes futbolísticos” aprobados con nota, el PSG se presenta este curso con un faraónico proyecto que no sólo asusta sobre el papel, sino que también lo hace en el campo. Una situación que lo convierte y lo obliga, de una vez por todas, a ser la principal amenaza para los clásicos grandes del balompié en la guerra por la conquista del planeta fútbol.